Durante el verano, la región sur de la cuenca mediterránea, en la que se encuentra España, experimenta con frecuencia niveles altos de contaminantes químicos en el aire. Investigadores catalanes han estudiado la contribución de los procesos atmosféricos en los meses más cálidos del año y han concluido que las zonas a sotavento de Barcelona y Madrid tienen los peores niveles de calidad del aire.
Para determinar las zonas más contaminadas del noreste y el centro de España en verano, un equipo de investigadores de la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC) y del Barcelona Supercomputing Center (BSC) ha cuantificado con gran precisión los procesos atmosféricos que contribuyen a la concentración de contaminantes.
“Los peores niveles de calidad del aire se observan en zonas a sotavento de Barcelona y Madrid, debido al penacho de contaminación urbana que afecta a la región del sur-sureste de Madrid y nor-noreste de Barcelona”, señala a SINC María Gonçalves, autora principal del estudio e investigadora en el BSC.
El trabajo, dirigido por José María Baldasano y Pedro Jiménez del BSC y publicado recientemente en Atmospheric Chemistry and Physics, se ha centrado en Cataluña y la Comunidad de Madrid porque albergan las dos ciudades más pobladas, Barcelona y Madrid, “donde los episodios de contaminación atmosférica son frecuentes”, añade la científica.
Los investigadores seleccionaron uno de los episodios de contaminación fotoquímica más agudos en estas áreas, el 17 y 18 de junio de 2004, un fenómeno meteorológico “que sucede en un 78% de las situaciones de verano”, subraya la investigadora.
Los principales focos de contaminación atmosférica provienen de las emisiones derivadas de las actividades urbanas, sobre todo el tráfico, “aunque no se pueden descartar los puntos de emisión industrial ni las actividades desarrolladas en el puerto, especialmente en Barcelona”, recalca Gonçalves.
¿Cómo se dispersan los contaminantes?
El centro y el noreste de España presentan modos diferentes de dispersión de contaminantes. En la zona costera de Barcelona, el régimen de brisas y la compleja topografía generan capas de contaminación en altura, que, durante la noche, “pueden actuar como reserva de contaminantes sobre el área del Mediterráneo”, apunta la ingeniera química.
En el caso de Madrid, más continental, el transporte está dominado por “la formación de una ‘celda convectiva’ -burbuja generada por el ascenso o descenso del aire debido a las diferencias de temperatura- producida por el calentamiento superficial”. Los óxidos de nitrógeno emitidos en las áreas urbanas y en la red viaria “son transportados a sotavento donde se consumen por reacción química o se depositan a nivel superficial”, manifiesta Gonçalves.
Durante los días observados, las dos ciudades presentaron niveles elevados de concentración de partículas de polvo (PM10) y dióxido de nitrógeno (NO2) sobre el área urbana. “En el episodio seleccionado, se observaron mayores concentraciones de ozono (O3) sobre Madrid y niveles mayores de NO2 y PM10 en Barcelona”, registra la investigadora.
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Más información:
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Referencia bibliográfica:
Goncalves, M.; Jiménez-Guerrero, P.; Baldasano, J. M. “Contribution of atmospheric processes affecting the dynamics of air pollution in South-Western Europe during a typical summertime photochemical episode” Atmospheric Chemistry and Physics 9(3): 849-864, marzo de 2009.
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