La apnea del sueño es una enfermedad que afecta al 24% de los adultos y la mayoría están sin diagnosticar. Para tomar decisiones terapéuticas se utilizan dos métodos: la polisomnografía –que requiere personal experto y vigilancia durante toda la noche– y la poligrafía respiratoria –que realiza el propio paciente en su casa-. Un reciente estudio muestra que, pese a la diferencia de costes, su efectividad es la misma en los casos graves
El síndrome de apneas durante el sueño se caracteriza por oclusiones repetidas de la faringe al dormir. El sueño deja de ser reparador y en consecuencia durante el día estos pacientes aquejan somnolencia. Las apneas de sueño favorecen la aparición de hipertensión arterial, enfermedades cardio y cerebrovasculares, accidentes de tráfico y mayor mortalidad. Afecta al 24% de los adultos y la mayoría de casos no están detectados.
El método diagnóstico estándar es la polisomnografía, que requiere personal experto y vigilancia durante toda la noche. Por tanto, el acceso tiene largas listas de espera. En la última década se han hecho grandes esfuerzos en investigación para intentar simplificar el diagnóstico. Una alternativa es la conocida como poligrafía respiratoria, más simple que la polisomnografía, que el propio paciente puede realizar en su domicilio.
“El diagnóstico de la enfermedad utilizando la poligrafía respiratoria cuesta casi la mitad que el de la polisomnografía”, asegura Juan Fernado Masa, coordinador del estudio e investigador del CIBER de Enfermedades Respiratorias (CIBERES). Estudios previos han ratificado el valor de la poligrafía respiratoria para el diagnóstico de la apnea del sueño, aunque existe variabilidad entre el número de apneas que pueden identificarse por uno y otro método.
Sin embargo, esta diferencia no tiene siempre consecuencias en el tratamiento. “Los resultados han mostrado que la decisión terapéutica es igual en los pacientes con gran número de apneas y desigual en los casos más leves, por lo que el uso de la poligrafía respiratoria debe limitarse a pacientes con sospecha de enfermedad grave” afirma Masa. Estos pacientes representan la mayoría a los que se realiza estudios de sueño.
El estudio mencionado se refiere únicamente al procedimiento diagnóstico. Sin embargo, una vez que el especialista dispone del diagnóstico realiza otro proceso más importante como es decidir el tratamiento entre los disponibles. Principalmente entre CPAP (continous positive airway pressure), que es muy efectivo y se reserva para pacientes con síntomas más importantes, u otros tratamientos.
Métodos para diagnosticar la enfermedad
La polisomnografía registra variables neurológicas para identificar la fases del sueño y respiratorias para demostrar las apneas y sus repercusiones. Requiere vigilancia continua, por lo que su coste es elevado y el acceso a la prueba es difícil.
La poligrafía respiratoria es un método que reduce los costes a la mitad. Se trata de un dispositivo más simple que la polisomnografía, en el que se registran sólo las variables respiratorias y que el propio paciente puede colocarse en su domicilio para el registro nocturno. Al día siguiente lo traslada al hospital para su análisis.
Este tipo de dispositivos se están usando en todo el mundo para el diagnóstico de las apneas de sueño en pacientes cuya probabilidad de tener la enfermedad es intermedia o alta, que representan la mayoría de pacientes a los que se realiza estudios de sueño.
El estudio liderado por el CIBER de Enfermedades Respiratorias (CIBERES) y el Hospital San Pedro de Alcántara, Cáceres, ha contado con la participación de Hospital Txagoritxu, Vitoria; Hospital Valdecilla, Santander; Hospital General Universitario, Alicante; Hospital de Belvitge, Barcelona; Hospital Son Dureta, Palma de Mallorca; Hospital San Juan, Alicante y Hospital Clinic, Barcelona.
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