El mapa entomológico de Ávila, clave en la prevención de la 'lengua azul'

El Laboratorio de Sanidad Animal de la Junta de Castilla y León en Ávila trabaja desde hace tres años en la elaboración de un mapa entomológico de la provincia que les permita conocer la población de mosquitos del género Culicoide, los principales responsables de la transmisión de la lengua azul. Manuel José Vicente Pérez es el veterinario responsable del laboratorio.

Especies de mosquito estudiadas durante las investigaciones.
Especies de mosquito estudiadas durante las investigaciones. Foto: DICYT.

Según él, son tres los géneros de la especie de Culicoides que pueden intervenir en esa transmisión, aunque es uno, el imícola, “que es el vehículo actual de los serotipos de la lengua azul que hay en España”. Los otros dos son el Culicoides pulicaris y el Culicoides obsoletus. “Éstas son las tres especies que pueden intervenir en la transmisión de los serotipos de lengua azul que hay en el ámbito de la Unión Europea y Marruecos”, recalca el veterinario, que explica cómo las enfermedades transmitidas por mosquitos van subiendo en el mapa a medida que lo hacen también sus transmisores, a causa del cambio climático".

Antes se decía que había enfermedades que no subían nunca de un paralelo determinado, ya que los condicionantes climáticos se lo impedían”, explica, “pero con el cambio climático, donde antes no había estos mosquitos ahora los hay. Los mosquitos van subiendo, y con ellos las enfermedades”. Éste es el caso de la lengua azul, de la que ya se han constatado casos en Alemania e, incluso en el norte de Francia. En España el problema se encuentra bastante controlado gracias, en gran parte, al trabajo de técnicos como los del Laboratorio de Sanidad Animal de Ávila, que han desarrollado un programa de trampas que se colocan en las explotaciones ganaderas de la provincia, sobre todo en el sur de la misma, en la zona del Valle del Tiétar.

“Se colocan en explotaciones ganaderas, cerca de donde hay animales, porque estos mosquitos son CO2 positivos, es decir, que van donde hay respiración animal porque las hembras necesitan un aporte de sangre para poner huevos”, aclara Vicente Pérez, quien expone también que en el caso abulense se está trabajando con especies bovinas, ovinas y vacunas. “La trampa cuenta con una lámpara ultravioleta y un aspirador que lo que hace es coger todos los insectos que entran”.

Adelantarse a epidemias

“Gracias a las trampas”, cuenta, “se conoce la población de mosquitos que existe en una zona, y gracias a ellas también podemos catalogar a los que han picado, a los que han puesto huevos y a los que todavía los llevan en su interior”. Todo este trabajo permite a los veterinarios de la Junta establecer un mapa entomológico de la provincia. “Así nos podemos adelantar a cómo va a evolucionar la lengua azul”, tranquiliza el veterinario, que ha podido concluir ya “que si no hay mosquitos, aunque haya virus, no hay transmisión; si hay mosquitos y hay virus, hay transmisión; y si hay mosquitos pero no hay virus, no hay transmisión”. Y es que, como parte de la investigación, los técnicos también realizan controles sexológicos a los animales, para ver si hay virus circulantes. “De momento ya sabemos que en la zona sur de la provincia de Ávila hay una población importante de estos insectos”, recalca. Pero esto no tiene por qué suponer una alarma para los ganaderos o para el consumidor final de carne, ya que tal y como asegura Vicente Pérez “si conocemos los vehículos de la enfermedad podemos saber si hay un virus circulante, es decir, hacia dónde va la enfermedad y cómo se va a transmitir”. Además, según subraya el veterinario, “las zonas de Ávila y las limítrofes de la provincia están muy controladas”.

Fuente: DICYT
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