Un nuevo estudio muestra que la colaboración entre el hipocampo, destacado por su papel en el aprendizaje y la memoria, y la corteza cerebral, el tejido nervioso que cubre la superficie de los hemisferios cerebrales, modula los comportamientos relacionados con la ansiedad en los ratones. La investigación, publicada en la revista Neuron, detalla cómo se procesa este trastorno en el cerebro y explica lo que produce este comportamiento.
Las últimas investigaciones han conectado una región específica del hipocampo, llamada hipocampo ventral (HV), con la ansiedad. “Aunque sabíamos que el HV desempeñaba un papel clave en los comportamientos parecidos a la ansiedad en los roedores, no estaba muy claro cómo lo hacía”, explica Joshua A. Gordon, autor principal del estudio y psiquiatra de la Universidad de Columbia (EE UU).
Gordon y sus compañeros comprobaron esta hipótesis registrando la actividad eléctrica del HV y la corteza prefrontal medial (CPM) en ratones al explorar diferentes entornos, algunos de los cuales provocaba ansiedad. Los expertos buscaron la sincronización de la actividad cerebral entre las regiones del cerebro porque es signo de la transferencia de información, de que una región del cerebro "habla" y la otra "escucha".
Como están anatómicamente conectados, la actividad cerebral dentro del HV y de la CPM estaba sincronizada en todos los entornos que exploraron los ratones, y la exposición a entornos que generan ansiedad aumentó esta concordancia. En concreto, la actividad cerebral en la frecuencia del ritmo theta (que media en la comunicación entre el hipocampo y otras regiones del cerebro) se vio afectada por la ansiedad.
Junto con el aumento en la sincronización, también se registró un aumento de la actividad del ritmo theta en la CPM, que parecía estar implicado en la inhibición del comportamiento exploratorio, una respuesta relacionada con la ansiedad en los ratones. “Es más, los ratones modificados genéticamente para mostrar una mayor ansiedad revelaron mayores aumentos del ritmo theta que los ratones normales”, indica Gordon.
Estos resultados suponen las primeras pruebas concretas de que el HV y la CPM colaboran durante la ansiedad. “El HV envía a la CPM información a gran escala sobre las emociones del entorno, lo que permite a la CPM reconocer la amenaza”, afirma el investigador. “La CPM modula a su vez otras zonas del cerebro, como las amígdalas, para producir comportamientos defensivos adecuados y relacionados con la ansiedad”.
Los autores subrayan que se necesitan más estudios para investigar en profundidad la importancia de la conexión entre el HV y la CPM y determinar así si existen circuitos similares en los seres humanos con trastornos de ansiedad.
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Referencia bibliográfica:
Adhikari et al.: “Synchronized Activity between the Ventral Hippocampus and the Medial Prefrontal Cortex during Anxiety.” Neuron 65, 257–269, 28 de enero de 2010.
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