Una tesis doctoral de la UPV/EHU ha analizado los hábitos físicos y la condición física de los universitarios. Casi mitad de los jóvenes que han participado en el estudio son sedentarios y apuntan que las razones son la falta de tiempo y de ganas.
La mayoría de los problemas de salud de las sociedades occidentales tienen una relación directa con los hábitos de vida, entre ellos el sedentarismo y la obesidad. Nuestra sociedad es cada vez más sedentaria, y muchos de los hábitos que relacionamos con la calidad de vida conllevan una reducción de la actividad física. En el caso de los jóvenes, el comienzo del periodo universitario puede provocar cambios en los hábitos de vida, y, habitualmente, el deporte queda excluido de dichos hábitos. Ese hecho puede tener más influencia de lo que imaginamos, y es que, todos los cambios que se dan en esa época de la vida son importantes, ya que pueden mantenerse durante la edad adulta.
Tras analizar los hábitos deportivos de los universitarios, la Dra. Itziar Hoyos Cillero ha presentado su tesis bajo el título Unibertsitateko ikasleen ariketa fisiko ohiturak, egoera fisikoa eta osasuna (Hábitos deportivos, condiciones físicas y salud de los universitarios). Itziar Hoyos Cillero es licenciada en Antropología Social y Cultural y diplomada en Enfermería, y actualmente es profesora colaboradora de la Escuela Universitaria de Enfermería de la UPV/EHU. Su tesis ha sido dirigida por los doctores Jon Irazusta Astiazaran y Javier Gil Goikouria, ambos del departamento de Fisiología de la Facultad de Medicina y Odontología de la UPV/EHU. Para la realización de la tesis, la Dra. Hoyos ha contado con la colaboración de Eusko Ikaskuntza-Sociedad de Estudios Vascos.
Estudios, actividad física, salud y género
El objetivo de la tesis es estudiar los hábitos físicos de los universitarios y analizar cómo afecta la actividad física a la salud. También se ha analizado la influencia que pueden tener los estudios universitarios en esos hábitos y en la salud, y cómo afecta el género a los hábitos deportivos. Para ello, se han analizado la frecuencia, intensidad y duración de las actividades físicas en tiempo de ocio de casi 400 alumnos. Para obtener datos anteriores, también se les ha pedido información sobre sus hábitos deportivos durante el bachillerato.
A fin de extraer datos sobre la salud de los participantes en el estudio, se ha valorado su condición física —peso, altura y porcentaje de grasa, músculo y hueso— y su estado de salud, para lo que se ha medido la presión arterial, el grado de obesidad y la capacidad aeróbica de los participantes. Para finalizar, además de estudiar los posibles cambios de los hábitos deportivos durante el curso, se han relacionado dichos hábitos con los resultados académicos —tanto de bachillerato como de la universidad—.
Alto grado de sedentarismo
Según los datos del estudio, casi la mitad de los alumnos dejaron de hacer deporte en el paso entre el bachillerato y la universidad, por lo que se apunta el comienzo del periodo universitario como factor importante del cese de la actividad física. La mayoría de los que siguen practicando algún tipo de deporte en la universidad lo hacen sin federarse y de manera individual —especialmente, las chicas—.
Al analizar los datos en función del sexo, se puede observar que, tanto en el bachillerato como en la universidad, las chicas realizan menos actividad física que los chicos, y las razones que aducen para justificar esa falta de actividad son la falta de tiempo y de ganas. Pero la relación entre la vida académica y la actividad física es distinta en los chicos que en las chicas. Los chicos sedentarios obtienen un mayor rendimiento académico si se comparan los datos con los más activos o con los moderados. En cambio, en la chicas no se cumple esa relación negativa, y las que obtienen las calificaciones más altas y las más bajas son más sedentarias el resto.
Aún así, en general, la Dra. Hoyos relaciona el mayor rendimiento académico con los valores más saludables, porque los valores asociados a los hábitos de vida saludables —orden, disciplina, etc.— pueden tener influencia en el rendimiento académico.
En este punto, cabe destacar que, aunque el sedentarismo femenino es más alto, la capacidad aeróbica de los chicos es menor. Esto puede deberse a que, por una parte, el porcentaje de obesidad y sobrepeso de las universitarias es menor, y por otra, que las chicas incluyen parte de la actividad física no declarada dentro de las actividades cotidianas —ir a los sitios a pie, subir escaleras, etc.—.
La relación entre la actividad y la condición física
La Dra. Hoyos opina que la importancia de la condición física a la hora de prevenir enfermedades cardiovasculares es alta si se compara con la importancia de la actividad física. Al estudiar la actividad física y la condición física de manera independiente, los expertos todavía no se han puesto de acuerdo sobre cual de los dos factores juega un papel más importante en la prevención de enfermedades cardiovasculares. Por eso, la investigadora cree que los datos obtenidos en este estudio pueden ser útiles para aclarar ese debate. Y es que, según los resultados del estudio, parece que la condición física tiene mucha influencia en la capacidad aeróbica.
En opinión de la investigadora, la conclusión más importante de su trabajo ha sido la detección de una fuerte relación entre la condición física y los parámetros de salud de los jóvenes, ya que una mala condición física durante la juventud está relacionada con presiones arteriales más altas, por lo que apunta que hay que tener en cuenta la influencia que tiene todo ello en la salud de la población.
Para finalizar, aunque los datos sobre sedentarismo, obesidad y capacidad aeróbica de los universitarios son mejores que los de la media española y de la CAV, se ha podido observar que la situación de nuestros estudiantes es peor que la del los del este y norte de Europa.