El consumo moderado de bebidas fermentadas podría tener beneficios en la prevención de enfermedades cardiovasculares

Gemma Vilahur, del Centro de Investigación Cardiovascular (CSIC-ICCC) de Barcelona ha dado a conocer los resultados de diversas investigaciones sobre bebidas fermentadas en el 31º Congreso Nacional de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Zaragoza). Las personas adultas que consumen de forma moderada bebidas fermentadas podrían tener menos riesgo de sufrir infarto de miocardio y otras complicaciones cardiovasculares.

El consumo moderado de bebidas fermentadas podría tener beneficios en la prevención de enfermedades cardiovasculares
Foto: SINC.

El consumo moderado de bebidas fermentadas (cerveza, vino o sidra) podría tener un efecto protector adicional frente a enfermedades cardiovasculares, según demuestran diversos estudios científicos de ámbito nacional e internacional. Así lo expresa la doctora Gemma Vilahur, del Centro de Investigación Cardiovascular (CSIC-ICCC) de Barcelona, durante un simposio que se celebra hoy en el marco del 31º Congreso Nacional de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria y que tiene lugar en Zaragoza.

El consumo abusivo de alcohol puede tener efectos nocivos sobre la salud. Sin embargo, según los expertos, el riesgo de sufrir un infarto es entre un 40% y un 50% más bajo en aquellas personas que beben alcohol de forma moderada que en aquellas personas cuyo consumo es cero. Según la Dra. Gemma Vilahur, “el consumo moderado de cerveza incrementaría el colesterol cardiosaludable o “HDL” y ejercería efectos antiinflamatorios y antioxidantes notables”.

Durante la jornada también se ha destacado que no todas las bebidas con contenido alcohólico parecen demostrar los mismos efectos. Aunque existen discrepancias, son varios los estudios que han señalado que las bebidas fermentadas de baja graduación (cerveza, vino, cava y sidra), ricas en polifenoles, tienen un mayor efecto protector que otros tipos de bebidas.

De hecho, algunos efectos observados como el aumento de la concentración sérica de HDL colesterol, la reducción del fibrinógeno y la disminución de la capacidad y velocidad de oxidación de las partículas del LDL colesterol, se atribuyen al etanol contenido en estas bebidas fermentadas. Además, otros efectos como la reducción de la concentración de las moléculas de adhesión linfocitarias y monocitarias que retrasan la aparición y desarrollo de la arteriosclerosis se deben al contenido no alcohólico de estas bebidas, principalmente a los polifenoles.

En este sentido, se han realizado ensayos clínicos en los que se han valorado los efectos del consumo moderado de una bebida rica en polifenoles (cerveza o vino) frente a una bebida pobre en esta sustancia, sobre diferentes factores de riesgo vascular. Se ha comprobado que las ricas en polifenoles tienen un mayor efecto antiarteriosclerótico, antiinflamatorio y antitrombótico que las pobres en polifenoles, por lo que parece que los efectos beneficiosos de determinadas bebidas como las fermentadas de baja graduación se deberían tanto al etanol como a las sustancias no alcohólicas, principalmente polifenoles, que contienen.

Estudio español

El Centro de Investigación Cardiovascular (CSIC-ICCC), centro mixto Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) e Instituto Catalán de Ciencias Cardiovasculares (ICCC), dirigido por la Prof. Lina Badimon, ha iniciado una investigación para analizar a nivel molecular, celular y funcional, los posibles Efectos cardioprotectores asociados a un consumo moderado de cerveza en un modelo porcino de infarto agudo de miocardio similar al humano.

Propiedades de las bebidas fermentadas

La cerveza es una bebida fermentada, de baja graduación alcohólica (4º-5º), con unas características específicas en su composición que la diferencian del resto de bebidas y le confieren un especial interés nutritivo. Elaborada a partir de ingredientes naturales -agua, cebada malteada y lúpulo-, tiene un bajo contenido calórico (45 kcal/100 ml) y diversos nutrientes como vitaminas del grupo B (especialmente ácido fólico), fibra y minerales (silicio, potasio, magnesio, calcio y poco sodio).

La cerveza posee más de 2.000 componentes que proceden de ingredientes como el lúpulo y la cáscara de cebada o que son consecuencia del proceso de fermentación de estas materias primas.

Igualmente, otros estudios han constatado que el consumo moderado de bebidas fermentadas está asociado a personas que llevan una dieta más saludable, es decir, que ingieren más cantidades de pescado, verduras, frutas, cereales y utilizan el aceite de oliva para cocinar.

El consumo moderado de bebidas fermentadas puede formar parte de una alimentación saludable como la Dieta Mediterránea actual, por las propiedades que les confieren su baja graduación y las materias primas con las que están elaboradas. Por este motivo, la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC), incluye en la Pirámide de la Alimentación Saludable –principal referencia en materia nutricional de nuestro país- las bebidas fermentadas (cerveza, vino, cava o sidra) de forma opcional y moderada.

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Desde su fundación en 1998, el Centro de Información Cerveza y Salud (CICS), entidad de carácter científico que promueve la investigación sobre las propiedades nutricionales del consumo moderado de cerveza y su relación con la salud, ha querido dar respuesta a la demanda informativa existente en nuestro país en torno a esta bebida apoyando todas aquellas iniciativas relacionadas con su investigación y proporcionando a los profesionales sanitarios y la sociedad información objetiva y contrastada, bajo la supervisión de los profesionales de la medicina, la dietética y la nutrición que conforman el Comité Científico de esta entidad.

Fuente: Centro de Investigación Cardiovascular (CSIC-ICCC) de Barcelona
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