Calor y sequía son las dos principales causas de estrés de los cultivos de cítricos. Con el objetivo de formular nuevas herramientas para combatir el calentamiento global, un equipo de la Universitat Jaume I de Castellón ha realizado un estudio pionero para comprobar los efectos de estos impactos y demuestra que unas especies, como un híbrido de cítricos llamado Citrange Carrizo, el más empleado en las variedades citrícolas de los campos valencianos, son más tolerantes que otras como el mandarino Cleopatra.
Una investigación pionera de la Universitat Jaume I ha analizado el impacto conjunto de estreses fundamentales vinculados con el cambio climático sobre el cultivo de cítricos, la sequía y el calor, con el objetivo de avanzar en la formulación de herramientas para afrontar el calentamiento global. Los resultados del trabajo se acaban de publicar en la revista BMC Plant Biology.
La falta de recursos hídricos y las elevadas temperaturas han sido estudiadas tradicionalmente de forma aislada, pero las condiciones adversas se dan en la naturaleza simultáneamente. "Por este motivo, decidimos combinar ambos estreses y comprobar sus efectos", señala una de las autoras de la investigación, Sara Izquierdo Zandalinas, investigadora del departamento de Ciencias Agrarias y del Medio Natural.
Los investigadores de la UJI Sara Izquierdo y Vicent Arbona. / UJI
El trabajo ha profundizado en el impacto de la sequía y el calor sobre parámetros fisiológicos y de regulación hormonal en los dos patrones más comunes utilizados en citricultura, el pie Citrange Carrizo y el mandarino Cleopatra. Una de las conclusiones más importantes es que el pie Citrange Carrizo –el empleado en la mayor parte de las variedades citrícolas cultivadas en el campo valenciano– parece ser más tolerante a la combinación de sequía y calor que el Cleopatra.
"Las principales causas de esta mayor tolerancia apuntan a un aumento de la transpiración, que daría lugar a una menor temperatura de las hojas, unida a una menor incidencia de estrés oxidativo", argumenta el profesor e investigador del mismo departamento Vicent Arbona.
video_iframe
Además, los resultados hormonales de este estudio indican que las respuestas de los cítricos a la combinación de sequía y calor "son específicas y no meramente un efecto aditivo de los estreses aislados", añade Arbona.
La investigación de la Universitat Jaume I constituye una aproximación inicial para saber "hacia dónde tienen que avanzar los patrones de cítricos con factores reales para que tengan una mayor resistencia a las condiciones climáticas más extremas que se preveen para el área mediterránea", explica Sara Izquierdo, quien subraya las posibilidades que ofrecen las técnicas de mejora genética y los cultivos biotecnológicos.
Referencia bibliográfica:
Zandalinas, S.I.; Rivero, R.M.; Martínez, V.; Gómez-Cadenas, A.; Arbona, V. (2016). "Tolerance of citrus plants to the combination of high temperatures and drought is associated to the increase in transpiration modulated by a reduction in abscisic acid levels". BMC Plant Biology, 16, 105.