Según un estudio internacional sobre estudiantes universitarios realizado por la Fundación BBVA en seis países europeos, el alumnado español destaca por ser el que en menor medida se siente familiarizado con la investigación que llevan a cabo sus profesores y quienes menos informados se sienten acerca de cómo llegar a ser investigadores.
Los estudiantes de todos los países examinados por el estudio coinciden en que los universitarios deberían aprender a investigar durante sus estudios y están de acuerdo con que la producción de conocimiento a través de la investigación es una función esencial de la universidad. Sin embargo, el estímulo de los profesores hacia los estudiantes para dedicarse a la investigación obtiene una valoración más moderada e intermedia y, en el caso de España, la mayoría del alumnado no se siente informado acerca de cómo llegar a ser investigador.
En líneas generales, los y las universitarias europeas están satisfechas con los estudios universitarios que están realizando y más del 70% (el 78% en España) manifiesta que volvería a matricularse en la misma carrera si pudiera volver atrás en el tiempo.
Asimismo, en todos los países incluidos, la valoración de la formación práctica es más favorable entre los estudiantes de ciencias de la salud, y tiende a ser más modesta entre los de humanidades y ciencias sociales.
Por su parte, el alumnado español valora positivamente la formación teórica (con una media de 6.5 en una escala de 0 a 10), siendo más modesta la valoración de la formación práctica (5.4). Los estudiantes de ciencias económicas, seguidos de los de ciencias jurídicas son quienes expresan una valoración más baja de la formación práctica.
Dependencia familiar para financiar los estudios
El estudio destaca que la mayoría del alumnado español vive con sus padres (70%) y el porcentaje de quienes trabajan es menor que en el resto de países incluidos (31%). Además, somos quienes más dependemos de la ayuda familiar para financiar sus estudios (el 70% la menciona como principal fuente), y es muy minoritario el porcentaje que financia sus estudios con becas-ayudas financieras, y casi inexistente el que los financia con créditos.
Por otro lado, junto con italianos y franceses, somos de los que más destacamos por ser los más críticos respecto a la preparación de la universidad para la vida profesional. El 54% cree que la universidad no los prepara. Esta percepción es mayoritaria entre los estudiantes de ciencias económicas y otras ciencias sociales, mientras que la mayoría de los estudiantes de ciencias de la salud piensa lo contrario.
Elegimos la universidad por cercanía y no por prestigio
En mayor medida que el resto de estudiantes europeos, el alumnado español elige la universidad atendiendo a la cercanía (el 49% frente a aproximadamente un tercio de los alemanes, suecos, italianos y franceses y un cuarto de los británicos).
Nos situamos además, entre quienes dedican un promedio menor de horas a la semana al estudio (13.5) y un promedio mayor de horas a las clases. El tiempo dedicado al estudio es mayor entre los de técnicas y ciencias de la salud y menor entre los de económicas y otras ciencias sociales.
Somos, junto con los británicos, quienes utilizamos con más frecuencia los materiales de Internet como recursos de estudio. Por el contrario, estamos entre los que menos utilizan revistas especializadas (24%).
Aceptamos más la piratería que la media
Destacamos también por ser quienes más aceptan la piratería. La media de aceptación respecto a bajarse música o películas de Internet sin pagar es de 7.7, y respecto a descargar software de Internet sin pagar, de 7.5. Sin embargo, consideramos inaceptable copiar material de Internet directamente sin citarlo en un trabajo para la universidad (4.2), copiar en un examen (3.7) o utilizar trabajos de otras personas como si fueran propios (2.9).
Por último, después de los suecos expresamos un mayor nivel de aceptación de prácticas y formas sociales emergentes como es el caso del matrimonio entre parejas homosexuales (media de aceptación de 8.0 en una escala de 0 a 10), la adopción de un niño o niña por parte de las mismas (7.3) y la eutanasia (7.4).