“El Mal de Chagas tiene nombre y apellidos: pobreza”

Pilar Mateo, licenciada en ciencias químicas y empresaria, explicó durante la sesión de mayo del ciclo Las mujeres también investigan su dedicación a la lucha contra el Mal de Chagas en América Latina.

“El Mal de Chagas tiene nombre y apellidos: pobreza”
Pilar Mateo (izqda.) y Victoria Toro (drcha.) durante la entrevista del ciclo. Foto: FECYT

La Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT) organiza este ciclo mensualmente en el Instituto Internacional para acercar el trabajo de investigadoras de prestigio en su campo al gran público. En esta ocasión Victoria Toro, periodista y divulgadora, ha entrevistado a Pilar Mateo, doctorada en ciencias químicas y empresaria, conocida por crear la pintura Inesfly, producto capaz de combatir con éxito el Mal de Chagas, enfermedad mortal asociada a la pobreza y transmitida por un insecto que amenaza al 25% de los habitantes de América Latina.

Pilar Mateo comenzó su intervención hablando de sus inicios como investigadora en la empresa familiar. “Mi padre tenía una empresa de barnices para madera en un pueblecito de Aragón, y qué mejor que su hija fuera química y jefa de los laboratorios. Siempre he ido compaginando mi vida de formación con un poco de apoyo a la empresa de mi padre”, declaró Mateo. “No se le había ocurrido a nadie mezclar insecticida y pintura. Empecé con pintura insecticida que funcionaba bien, pero en el laboratorio. Los insecticidas tienen tendencia a crear resistencia, así se vende más también, pero lo que necesitaba hacer es un control regular del ciclo de los insectos y tratarlo desde ese punto de vista para no crear resistencia”.

En 1995, un médico boliviano le pide ayuda para combatir el Mal de Chagas, enfermedad endémica de algunos países de América Latina que afecta a unos 25 millones de personas, estando otros 100 millones en riesgo de contraerla. “Volvió a intervenir la ‘providencia’, había un médico boliviano que estaba en Valencia investigando sobre esto, me dijo que su pueblo se moría y me fui a Bolivia a vivir la experiencia que había allí”, afirmó Pilar. “Me pilló en la época del niño. No había carreteras. Cuando llegué me encontré con que no había paredes en las que poder pintar, entonces encontré una planta, le cortabas los pinchos y soltaba resina y empezamos a hacer paredes. Más tarde conseguí una pintura que era efectiva”.

Aprovechando sus experiencias investigadoras previas, diseña Inesfly 5A IGR, una pintura resinosa que incorpora inhibidores de quitina o reguladores de crecimiento, ecológicamente aceptable que resulta ser eficaz para controlar directamente la presencia de artrópodos, y por tanto las enfermedades que éstos transmiten.

“Cuando alguien se encuentra con un insecticida en el ‘super’ nadie se preocupa si es tóxico o no, pero si hablas de tratar enfermedades es diferente”, afirmó Pilar, que también tuvo la oportunidad de transmitir al auditorio con imágenes y por su amplia experiencia el proceso de cómo actúa la ‘vinchuca’. “El chinche necesita chupar sangre para desarrollarse y pasar por sus 5 estadios diferentes de crecimiento. Antes se alimentaban de animales silvestres pero los indígenas colocaron sus casas en las zonas pobres y lo incorporaron a sus paredes. Este chinche tiene un parásito en sus heces y cuando te pica a la vez que chupa sangre expulsa heces y ahí está el parásito. La persona se rasca y el parásito se aloja en el corazón”, explicó Mateo. “Es necesario que el conocimiento aterrice y ver la parte científica del sur. No hay que hablar de la enfermedad desde el punto de vista del conocimiento, sino desde el punto de vista de la pobreza. Que el conocimiento se ponga al servicio de los demás”.

El Mal de Chagas se transmite en un 85% por intervención directa del chinche, el otro 15% en transfusiones de sangre o de madres a hijos. “El doctor Chagas decía que el mal estaba en las casas indignas de América Latina por no hacer nada por la población más pobre. La pintura funciona, pero se hubiesen reducido mucho las muertes si se hicieran viviendas digna”, afirmó Mateo.

“Si no ayudamos a los países del sur, las enfermedades viajan en este mundo globalizado y ya no hay remedio si no se ha trabajado en las comunidades donde están los afectados”, concluyó la entrevistada.

A Pilar Mateo le llaman “la científica que se volvió indígena”, presidenta de honor de la Fundación Químicos Sin Fronteras, es Premio extraordinario de Defensa (2007), que “reconoce y recompensa la labor continuada de una persona o entidad en trabajos o colaboraciones ligadas a la Defensa, la Paz, y la Seguridad”, y fundadora en 2006 del MoMIM (Movimiento de Mujeres Indígenas del Mundo). “Tengo la suerte de crear una pintura que me hace ver y ayudar a la gente que vive en la otra mitad del mundo”, destacó Mateo.

Fuente: FECYT
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