El sistema detecta y verifica al instante los ‘tocados’ en las diferentes categorías de esgrima, sin necesidad de las incómodas y costosas instalaciones con cables habituales hasta ahora en este deporte. Éste es el singular proyecto final de carrera que han desarrollado dos estudiantes de la Escuela Universitaria de Ingeniería Técnica Industrial de Terrassa de la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC).
Lluís M. Campos (ingeniero técnico en Telecomunicaciones de la especialidad de Sonido e Imagen) y Raúl Juan (ingeniero técnico industrial de la especialidad de Electricidad) son dos recién titulados por la E. U. de Ingeniería Técnica Industrial de Terrassa (EUETIT) que acaban de patentar un innovador sistema para practicar la esgrima. Ambos practican la modalidad de espada en el Club de Esgrima Ciutat de Terrassa y, en el momento de elaborar su proyecto final de carrera, pensaron cómo la tecnología podía ayudar a extender la práctica de este deporte, cuyo carácter minoritario se debe, entre otras razones, a la complejidad de la instalación que requiere. La esgrima necesita, a fin de obtener las puntuaciones y un ganador en los asaltos (nombre que reciben los combates en esgrima), un sistema de cableado conectado a la corriente eléctrica y a la parte posterior de los trajes de los tiradores (practicantes de esgrima) y que, por dentro del traje, llega hasta la mano del tirador para mantener contacto con la empuñadura del sable, del florete o de la espada.
Una idea sencilla pero de elevada complejidad tecnológica
El proyecto, al que sus evaluadores han dado una calificación de matrícula de honor, consta de un sistema que funciona con tres dispositivos. Dos actúan a la vez como detectores de tocados y como transmisores de radio, se alimentan con pilas estándar y los llevan los dos tiradores en la parte posterior del traje del mismo modo que una petaca de micrófono o como un pequeño teléfono móvil. El tercer dispositivo, la consola central, actúa como marcador, normalmente colocado en una mesa en el lateral de la pista, e incorpora un receptor de radio capaz de recibir los mensajes enviados por los dispositivos de los tiradores.
Cuando uno de los tiradores toca al contrario, los detectores se comunican con la consola central, la cual avisa con señales lumínicas y acústicas. La idea, que puede parecer sencilla, comporta una elevada complejidad tecnológica porque el sistema debe averiguar si el tocado se ha producido en una zona del cuerpo no válida —es decir, no puntuable— o en una zona válida —puntuable—. “El gran problema que hemos tenido para desarrollar el proyecto —explican los jóvenes ingenieros— ha sido el diseño de sensores capaces de distinguir las diferentes zonas de tocados”.
Los jóvenes titulados han desarrollado igualmente un protocolo de comunicación entre la consola y los dispositivos que garantiza la fiabilidad del sistema, así como una máxima simplicidad de uso compatible con el tradicional sistema de cables, en función de los intereses del usuario.
El sistema se ha desarrollado también a prueba de interferencias, puesto que es habitual que en las competiciones se realicen asaltos simultáneos en varias pistas a la vez.
Practicar una esgrima más auténtica
Reflexionando sobre las razones que condujeron hasta la realización del proyecto, los jóvenes ingenieros explican que “nos parecía rudimentario que en el siglo XXI todavía se tirara en esgrima con el sistema de cables. Además, ello va en contra de los orígenes de este deporte, que requería plena libertad de movimientos para demostrar destreza ante el oponente”. Por esto, propusieron un proyecto final de carrera poco convencional a sus profesores Francesc Xavier Moncunill, del Departamento de Teoría de la Señal y Comunicaciones, y a Xavier Gago, del Departamento de Ingeniería Electrónica.
Primera competición con el nuevo sistema.
Lluís Campos y Raúl Juan están especialmente satisfechos de su trabajo puesto que el desarrollo de su idea puede hacer la esgrima más asequible y popular, ya que se podrá practicar en cualquier escuela, gimnasio o polideportivo sin la necesidad de grandes inversiones para acondicionar las instalaciones. Por esto, el Club de Esgrima Ciutat de Terrassa ha organizado para el próximo día 23 de abril un torneo en el que se utilizará el nuevo sistema ideado en el campus de la UPC en Terrassa.
Los jóvenes ingenieros han patentado el sistema y calculan que en el mercado podría alcanzar un precio aproximado de unos 400 €, si bien todavía están haciendo estudios de mercado para averiguar cuál puede ser la mejor manera de comercializarlo.
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