Investigadores de la Universidad de Alcalá, la Universidad de Valencia y del Museo Nacional de Ciencias Naturales han descubierto un nuevo tipo de hábitat subterráneo para fauna terrestre. Lo han bautizado como “Medio Subterráneo Superficial Aluvial” (MSS Aluvial) y está asociado a los cursos fluviales de aguas temporales. Los primeros resultados de la investigación se publican en la revista PLoS ONE.
Científicos de la Universidad de Alcalá, la Universidad de Valencia y del Museo Nacional de Ciencias Naturales desarrollaron una hipótesis sobre la más que probable colonización, por parte de fauna terrestre, de los espacios subterráneos subyacentes a los lechos fluviales. Puesto en marcha un protocolo de estudio científico, confirmaron que el subsuelo de los cauces fluviales de aguas temporales son un “hervidero de vida” de muy diferentes procedencias ecológicas.
Las muestras se tomaron mediante la instalación de 16 dispositivos en el subsuelo (entre 75 y 100 cm. de profundidad) de diversos enclaves de la comarca de la Marina Alta (Alicante), mediante los cuales se capturaron un gran número de especies de invertebrados –mayoritariamente Artrópodos– y se registraron datos de temperatura y humedad relativa para caracterizar este nuevo hábitat. Una parte muy significativa de la fauna colectada es de hábitos higrófilos, geófilos, lucífugos y mesotermos.
También se hallaron especies que muestran rasgos marcadamente ripícolas (amantes de las orillas de los cursos fluviales activos), refugiadas de la sequedad ambiental del medio exterior.
Los resultados confirman que la red de espacios que se forman entre los depósitos aluviales de los cursos de agua temporales merece la categoría de hábitat. Un hábitat carente de luz, extremadamente húmedo, amortiguador de los cambios bruscos de temperatura y que, a diferencia de otras tipologías de Medio Subterráneo Superficial (como son el MSS coluvial, el MSS de roca madre o el MSS volcánico) es un hábitat muy inestable.
La reactivación del régimen hídrico, frecuentemente de forma convulsa como fruto de inundaciones puntuales, provocan crecidas que fomentan, inicialmente, la destrucción de estos depósitos aluviales y, por tanto, de este hábitat. Con el final de las inundaciones se crean nuevos depósitos cuyos espacios subterráneos vuelven a ser colonizados, tanto desde áreas más profundas como desde medios más superficiales.
Los seres que lo habitan
La fauna que vive en estos espacios es muy diversa, en unos casos residente habitual del subsuelo y en otros moradora accidental o forzada por la sequedad imperante en la superficie del suelo. En los momentos de inundación esta fauna terrestre, o buena parte de ella, sobrevive en los espacios subterráneos que no son ocupados por el agua al quedar atrapada en ellos grandes burbujas de aire.
En esos momentos, según demuestra esta investigación, en el MSS aluvial pueden coexistir estas especies terrestres con otras típicamente acuáticas, moradoras de las aguas profundas y ambientes freáticos que elevan el nivel durante esos períodos de inundación.
Las fuentes de energía que sustentan a la fauna de este hábitat son, básicamente, detritus orgánicos de origen animal y vegetal que son transportados por el agua de inundación o por la escorrentía superficial; también se aportan nutrientes con los productos de desecho resultantes del metabolismo de los animales que habitan en el MSS, y de la infiltración de restos vegetales de la vegetación que crece en las orillas y sobre el mismo lecho fluvial.
En el curso de esta investigación se han descubierto nuevas especies que actualmente se están estudiando para proceder a su publicación y presentación en el ámbito científico.
Finalmente, hay que decir que este nuevo hábitat no se circunscribe exclusivamente al Levante español, hallándose también en el interior peninsular y, con toda probabilidad, también en otras áreas del mundo con regímenes climáticos fuertemente estacionales. Los investigadores tienen fundadas sospechas de que el MSS aluvial podría desempeñar un papel importante como corredor biogeográfico subterráneo y como refugio faunístico contra los cambios climáticos.