Un equipo de biólogos y físicos del CSIC)y la Universidad de Baleares ha descubierto que las praderas de posidonia oceánica de las Islas Baleares son imprescindibles para el mantenimiento del flujo genético de la especie, y, por tanto, de la diversidad de esta planta marina endémica. El equipo ha desarrollado una metodología ad hoc para el trabajo: un modelo matemático basado en la teoría de redes con el que se ha logrado analizar un muestreo a gran escala en todo el hábitat de esta especie, el Mediterráneo.
Un equipo de biólogos y físicos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Universidad de Baleares ha descubierto que las praderas de posidonia oceánica de las Islas Baleares son imprescindibles para el mantenimiento del flujo genético de la especie, y, por tanto, de la diversidad de esta planta marina endémica. El equipo ha desarrollado una metodología ad hoc para el trabajo: un modelo matemático basado en la teoría de redes con el que se ha logrado analizar un muestreo a gran escala en todo el hábitat de esta especie, el Mediterráneo.
El estudio, que aparece publicado esta semana en la revista Proceedings de la Academia Nacional de Ciencias estadounidense (PNAS), identifica las poblaciones de posidonia en las Baleares como “auténticos motores” que alimentan la diversidad de la posidonia en el Mediterráneo occidental, lo que subrayaría la importancia de su protección.
Los investigadores del CSIC han identificado las poblaciones de posidonia que en caso de ser eliminadas o muy degradadas darían lugar a serias interrupciones en la conexión genética entre lugares distantes, lo que eliminaría la posibilidad de que la biodiversidad perdida en una población pueda recuperarse por contacto con otras.
Uno de los autores del trabajo, el investigador del CSIC Emilio Hernández-García detalla: “Con las nuevas técnicas matemáticas, hemos determinado cuáles son las poblaciones que actúan como exportadoras activas de genes, aportando diversidad y riqueza a la especie, y cuáles simplemente los reciben, una información relevante para cualquier acción de conservación de esta especie mediterránea”.
El equipo, de dos institutos mixtos del CSIC y la Universidad de las Islas Baleares, el Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados y el Instituto de Física Interdisciplinar y Sistemas Complejos, ha confirmado además la separación genética existente entre las poblaciones de posidonia del Mediterráneo occidental y oriental. “Hemos confirmado que las poblaciones al este y al oeste de Sicilia son diferentes genéticamente, probablemente debido a la separación entre las dos cuencas que provocaron las glaciaciones en esta zona”, apunta Hernández-García.
Teoría de redes
Gracias al modelo matemático basado en la teoría de redes desarrollado para el trabajo, los investigadores lograron representar las relaciones genéticas entre las distintas poblaciones donde vive la planta como una red en la que aparecen conectadas las poblaciones con alta similitud genética. “Las técnicas desarrolladas son en principio aplicables a otros problemas en biología de la conservación, y también en situaciones en epidemiología, donde sea relevante determinar las rutas de transporte de un patógeno y los lugares idóneos para interrumpir su propagación”, avanza el investigador del CSIC. Esta metodología también ha encontrado aplicaciones en campos tan dispares como la sociología, la física, el tráfico aéreo o la biología celular.
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