Un equipo internacional con participación española ha descubierto la posible masa mínima para que surja una galaxia en la que se formen estrellas. La estadística apunta a que los halos de materia oscura que envuelven estas galaxias deben tener al menos una masa de 300 mil millones de masas solares.
“Sólo cuando se llega a una masa de halo mínimo de 300 mil millones de soles, una galaxia puede comenzar a formar estrellas de manera eficiente”, explican a SINC Bruno Altieri e Ivan Valtchanov, dos de los autores del estudio que hoy publica Nature e investigadores del Centro Europeo de Astronomía Espacial (ESA) en Villanueva de la Cañada (Madrid).
Los científicos consideran que en el paradigma de la materia oscura fría (una de las propuestas para explicar la formación de estructuras cósmicas) las galaxias se forman en una etapa temprana del universo mediante halos de materia oscura de una masa cercana a un millón de masas solares. Después, estos halos empiezan a crecer por concentración de masa o por la fusión de otros halos.
Según el estudio, liderado desde la Universidad de California (EEUU), cuando la masa de estos halos supera los 300 mil millones de masas solares estadísticamente pueden comenzar a formarse las galaxias con estrellas.
“Este es un ingrediente importante para los modelos de evolución galáctica porque después de este momento, la física de las galaxias cambia y se vuelve más complicada, a medida que la luz de las estrellas recién formadas comienza a interactuar con el gas y el polvo en el medio interestelar”, añaden los autores.
Los investigadores subrayan que se trata de un estudio estadístico importante para elaborar modelos, y no tanto para estudiar galaxias concretas.
Herschel proporciona los datos
Para llevar a cabo la investigación, los científicos han utilizado datos del Observatorio Espacial Herschel, que es capaz de captar los rayos infrarrojos lejanos (ondas submilimétricas superiores a 100 micras). “Este telescopio está mapeando grandes superficies de cielo que detectan varios miles de galaxias lejanas con altas tasas de formación estelar”, declaran Altieri y Valtchanov.
Las señales que llegan desde este tipo de galaxias son tan débiles, debido a la gran cantidad de polvo, que la mayoría de los telescopios ópticos no pueden detectarlas ni desde tierra ni desde el espacio, ni siquiera el Hubble.
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Referencia bibliográfica:
Alexandre Amblard et al. “Submillimetre galaxies reside in dark matter haloes with masses greater than 331011 solar masses”. Nature. 470 (7334), 17 de febrero de 2011. Doi: 10.1038/nature09771.