Investigadores del Institut D’Investigacions Biomèdiques August Pi i Sunyer y del Hospital Clínic de Barcelona han desarrollado y probado una vacuna terapéutica que controla durante un año el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH). El estudio demuestra, por primera vez, que la inmunización puede cambiar el equilibrio entre el virus y el huésped, lo que abre el camino a estudios adicionales para alcanzar una cura funcional, según los científicos.
Un equipo del Institut D’Investigacions Biomèdiques August Pi i Sunyer (IDIBAPS) y del Hospital Clínic de Barcelona han creado y probado una vacuna terapéutica contra el SIDA "con la mejor respuesta virológica hasta la fecha". Los científicos explican que esta nueva vacuna abre el camino a estudios adicionales para alcanzar una cura funcional.
Según señalan ambas instituciones en un comunicado, la terapia antirretroviral combinada (TARc) es un éxito de la medicina moderna que mejora enormemente la supervivencia y la calidad de vida de los pacientes infectados por el VIH-1. Sin embargo, el mayor inconveniente de este tratamiento es que debe mantenerse indefinidamente, causando molestias a los pacientes debido a los posibles efectos tóxicos a largo plazo, además de su elevado coste económico.
Los investigadores del grupo de enfermedades infecciosas y SIDA del Hospital Clínic / IDIBAPS en la Universidad de Barcelona, dirigidos por Josep Maria Gatell, han publicado esta semana en Science Translational Medicine los resultados de seguridad, tolerabilidad, inmunogenicidad y respuesta virológica obtenidos con una nueva vacuna terapéutica desarrollada por este equipo.
Para llevar a cabo el proyecto, estos investigadores pulsaron células dendríticas (CDs) de los pacientes con VIH autólogo (del propio paciente) inactivado por calor. Al usar estas células como vacuna obtuvieron la mejor respuesta virológica alcanzada por ninguna vacuna probada hasta la fecha.
Los investigadores explican que las CDs son las células 'profesionales' que presentan los antígenos. Esto significa que cuando un microorganismo invade el cuerpo, estas células lo fagocitan (se lo comen) y lo dividen en pequeños fragmentos. Algunos de estos fragmentos son presentados en la membrana de las CDs.
Durante este proceso las CDs maduran y migran hacia los ganglios linfáticos. Allí, se adhieren a los linfocitos CD4+ (un tipo especial de glóbulos blancos) y presentan las piezas del microorganismo fagocitado.
Las células CD4, al darse cuenta de que el cuerpo ha sido invadido por un agente externo, inician una respuesta inmune específica contra el intruso. El problema, en el caso particular de la infección por VIH, es que las CDs también pueden llevar virus infeccioso unido a su membrana externa. En consecuencia, las células CD4+ pueden infectarse y morir en lugar de desarrollar una respuesta inmune, añaden.
Esa es la razón por la que el nuevo candidato a vacuna utiliza CDs pulsadas con VIH autólogo inactivado por calor, de modo que pueden transmitir el mensaje adecuadamente sin causar una infección lítica en las células CD4+.
Análisis en 36 pacientes
Para el estudio, 36 pacientes en TARc con CD4+ > 450 células/mm3 fueron asignados aleatoriamente para recibir tres inmunizaciones con CDs pulsadas o con CDs sin pulsar. La vacunación fue factible, segura y bien tolerada y cambió el equilibrio entre el virus y el huésped en favor de este último.
Al cabo de 12 semanas después de interrumpir el TARc, se observó una reducción de más del 90% de la carga viral estimada en 12 de 22 (55%) frente a 1 de 11 (9%) pacientes en el grupo CD-VIH-1 (vacunados) y el grupo control, respectivamente.
Pasadas 24 semanas la proporción era 7 de 20 (35%) entre los vacunados frente a 0 de 10 (0%) en el grupo control. La mayoría de los receptores de la vacuna habían sido capaces de controlar temporalmente la replicación viral con una reducción máxima de la carga viral por encima del 90% respecto a la carga inicial.
Esta situación es similar a la respuesta obtenida con una monoterapia con medicamentos antirretrovirales. Se trata de la demostración más sólida en la literatura científica de que una vacuna terapéutica es factible, señalan las instituciones.
Esta disminución significativa de la carga viral en plasma observada en los pacientes inmunizados se asoció con un aumento notable de la respuesta de las células T contra el VIH-1. Esto significa que la vacuna estimula efectivamente el sistema inmunológico.
La investigación abre el camino para estudios adicionales con el objetivo final de alcanzar una curación funcional (el control de la replicación del VIH durante periodos largos de tiempo o durante toda la vida sin tratamiento antirretroviral).
Un paciente con una curación funcional sería portador del virus a niveles indetectables, de modo que las medidas de prevención serían todavía necesarias a pesar de que el riesgo de transmisión quedaría minimizado, explican.
A pesar de que no se ha logrado una curación funcional, los resultados publicados hoy abren la posibilidad de conseguir una vacuna terapéutica óptima o una combinación de estrategias que incluyan una vacuna terapéutica, y pueden contribuir a lograr este objetivo., concluye el comunicado.
Referencia blbliográfica
Felipe García et al.“A Dendritic Cell–Based Vaccine Elicits T Cell Responses Associated with Control of HIV-1 Replication”. Science Translational Medicine. Vol. 5. 2 de enero de 2013.