Definida la función clave de una proteína en la activación de los linfocitos

Investigadores del CNIC han llevado a cabo un estudio cuyos resultados proporcionan nuevas oportunidades para el tratamiento de las enfermedades mediadas por el sistema inmune. Las conclusiones, publicadas en Nature Communications, revelan cómo la proteína Aurora A controla la activación de los linfocitos T en su inicio.

Definida la función clave de una proteína en la activación de los linfocitos
Aurora A y filamentos de actina en la sinapsis inmunológica de un linfocito T con una célula dendritíca. / Fotografía tomada del Microscopio Confocal por Eugenio Bustos-Morán

Científicos del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC) y del Instituto Investigación Sanitaria Princesa IIS-IP explican cómo una proteína implicada en cáncer, Aurora A, controla la activación de los linfocitos T, un hallazgo muy relevante debido a la importancia de los inhibidores de Aurora A en las terapias, lo que puede proporcionar nuevas oportunidades para el tratamiento de las patologías mediadas por la desregulación del sistema inmune, como las autoinmunes o la enfermedad injerto contra huésped que se produce tras un trasplante. Los resultados se publican hoy en Nature Communications.

Los linfocitos dirigen una parte esencial de la respuesta inmune gracias a su capacidad para reconocer antígenos extraños de forma específica y responder a su presencia. La activación mediada por antígeno, explican los investigadores, se inicia en la sinapsis inmune, que consiste en un contacto íntimo del linfocito T con la célula que presenta el antígeno.

Según los autores, “Aurora A es sin duda una prometedora diana terapéutica en el campo de la inmunología”

Y para que la comunicación entre ambas células sea eficiente, tanto las proteínas de adhesión linfocitarias como el receptor de célula T deben activarse correctamente. Aurora A es una proteína con actividad cinasa que había sido estudiada anteriormente por su capacidad protooncogénica a través del control del ciclo celular mediante la regulación de la extensión de microtúbulos (raíles usados por la célula para mantener su estructura y mover componentes) desde el centrosoma celular.

En el artículo publicado se ha descubierto la “implicación de Aurora A en la activación temprana de rutas de señalización a partir del receptor para el antígeno de la célula T, fundamentalmente sobre la quinasa Lck, que permite la diversificación de las rutas de activación”, explica Francisco Sánchez Madrid, director del trabajo. Esto, añade, “hace que los linfocitos T deficientes en Aurora A no se activen correctamente”. Pero además, en la investigación se ha demostrado que el tráfico y dinámica de las nanovesículas señalizadoras en la zona de la sinapsis inmunológica están afectado en dichas células.

Aplicaciones clínicas

De acuerdo con los investigadores, este estudio abre un amplio abanico de posibles aplicaciones clínicas y sitúa a Aurora A en el “centro de futuras investigaciones en el campo de enfermedades de etiología autoinmune o en casos de rechazo frente a trasplantes”.

Además, subraya Sánchez Madrid, tiene implicaciones en la acción de los inhibidores específicos ya existentes en el tratamiento de linfomas y leucemias. Como conclusión, añade el investigador del CNIC, “Aurora A es sin duda una prometedora diana terapéutica en el campo de la inmunología”.

Referencia bibliográfica:

Blas-Rus, N. et al. Aurora A drives early signalling and vesicle dynamics during T-cell activation. Nat. Commun. 7:11389 doi: 10.1038/ncomms11389 (2016)

Fuente: CNIC
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