Un nuevo estudio demuestra cómo el cerebro simula recompensas externas para impulsar la formación de la memoria. Los resultados, publicados en eLife, han sido desarrollados por investigadores del Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge.
Los seres humanos pueden aprender de forma efectiva, especialmente cuando son recompensados externamente (por ejemplo, con dinero o incentivos deseables después de sus acciones). A diferencia del aprendizaje desencadenado externamente (el aprendizaje basado en la “zanahoria”), el aprendizaje autoorganizado o impulsado intrínsecamente se refiere a aquellos procesos de aprendizaje sin ninguna recompensa objetivo.
Si se piensa en ello, los seres humanos a menudo estamos involucrados en este tipo de actividades de aprendizaje sin recompensa (solo hace falta pensar en la cantidad de tiempo que pasamos buscando la solución de crucigramas, resolviendo problemas interesantes, aprendiendo a través del juego o incluso aprendiendo nuevos idiomas, etc.). Una cuestión interesante es cómo se desencadenan, se desarrollan y se mantienen estas actividades de aprendizaje autoimpulsado.
Un equipo internacional de científicos del Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge IDIBELL y de la Universidad de Barcelona (grupo de Cognición y Plasticidad Cerebral, IDIBELL-UB) y la Universidad de Magdeburgo (departamento de Psicología Biológica) mostró en su último trabajo, publicado en eLife, que este proceso de aprendizaje interno autoimpulsado utiliza una red de regiones cerebrales muy similar a la estimulada por el aprendizaje externo, impulsado por incentivos.
Durante el aprendizaje autoorganizado, el cerebro también activa el sistema de recompensa para transmitir una señal de "recompensa-placer". Esta señal de recompensa pone de relieve la importancia del proceso en curso (aprendizaje), une la recompensa con el sistema de formación de la memoria e impulsa la formación de la misma.
La participación del sistema de recompensa también dispara el disfrute subjetivo: el grado de satisfacción de los participantes durante el aprendizaje fue mayor en relación a aquellos elementos que conseguían correctamente incluso después de una semana.
"Investigaciones anteriores ya habían mostrado que las estructuras de memoria del cerebro se comunican con las regiones de recompensa si se ofrece una recompensa externa durante el aprendizaje, por ejemplo dinero. Sin embargo, en nuestra vida diaria a menudo aprendemos sin ser recompensados. En nuestro estudio nos propusimos identificar las regiones del cerebro vinculadas con el aprendizaje sin recompensa explícita", dice el autor principal, el profesor Toemme Noesselt (Instituto de Psicología Biológica, OVGU, Magdeburg).
"Sorprendentemente, observamos que las mismas áreas involucradas en el procesamiento de recompensa externa también se activaron durante el aprendizaje impulsado internamente. Esto sugiere que el cerebro puede simular la ocurrencia de una recompensa externa", añade.
Aprendizaje y recompensa
Los investigadores escanearon los cerebros de 36 voluntarios utilizando imágenes de resonancia magnética funcional (fMRI). Los participantes debían leer pares de frases que contenían nuevas palabras mientras se les estaba escaneando; la mitad de las frases emparejadas proporcionaba un sentido congruente para la nueva palabra. Se pidió a los voluntarios descifrar el significado de las palabras nuevas, por su cuenta, sin ninguna ayuda externa. Cada vez que un voluntario aprendía el significado de una palabra nueva, la actividad del circuito memoria-recompensa de su cerebro aumentaba.
"Quisimos probar entonces si se podía vincular la actividad de este circuito con huellas de memoria de mayor duración", explica el autor principal, Pablo Ripollés (Unidad de Cognición y Plasticidad Cerebral, IDIBELL-UB). "De hecho, descubrimos que la actividad del circuito de recompensa-memoria es más alta para las palabras que todavía son recordadas después de una hora".
En dos experimentos de seguimiento, también mostraron que el grado de satisfacción de los participantes durante el aprendizaje fue superior para esas nuevas palabras que recordaban correctamente incluso después de una semana. De forma concordante, las respuestas de conductancia de la piel, un marcador de procesamiento emocional, también fueron más altas para las palabras recordadas. "Todas nuestras pruebas apuntan a una participación fundamental de los procesos relacionados con la recompensa, que se disparan intrínsecamente durante el aprendizaje impulsado internamente", sostiene.
"Las recompensas externas y comentarios, como las notas de examen, son estrategias educativas comunes. Solo podemos especular acerca de cómo este mecanismo interno reacciona cuando se enfrentan a las señales externas", subraya el coautor Antoni Rodríguez (ICREA, IDIBELL-UB).
"Una cuestión clave para el futuro es identificar las circunstancias en que el aprendizaje impulsado internamente es más eficaz que el externo basado en incentivos. Esto nos dirá cómo el aprendizaje internamente impulsado puede ser utilizado para mejorar los programas educativos –por ejemplo un segundo idioma– y programas de rehabilitación –como la recuperación de las habilidades verbales perdidas después del accidente cerebrovascular–", concluye Rodríguez.
Referencia del artículo:
Ripollés P, Marco-Pallarés J, Alicart H, Tempelmann C, Rodríguez-Fornells A, Noesselt T. Intrinsic monitoring of learning success facilitates memory encoding via the activation of the SN/VTA-Hippocampal loop. eLife 2016;5:e17441. DOI: 10.7554/eLife.17441
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