Un estudio liderado desde la Universidad Autónoma de Madrid argumenta que las relaciones basadas en la confianza, la pertenencia y las experiencias compartidas son fundamentales para el bienestar subjetivo de las personas mayores. Las interacciones con la familia más cercana fueron consideradas esenciales para el bienestar subjetivo.
El desafío que supone el envejecimiento de la población actual ha ubicado en la agenda pública la promoción, el mantenimiento y la mejora del bienestar de las personas mayores.
En este sentido, un trabajo publicado en el Journal of Happiness Studies por investigadores del departamento de Psiquiatría de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) ha delimitado, mediante métodos cualitativos, el concepto de bienestar subjetivo y sus determinantes en las personas de edad avanzada.
Como parte del trabajo, los autores llevaron a cabo 24 grupos focales compuestos por participantes mayores de 80 años reclutados en tres tipos de instituciones (centros de mayores, centros de día y residencias).
Durante las diferentes sesiones, los participantes discutieron sobre sus experiencias acerca del bienestar subjetivo y las dimensiones que contribuían a su mantenimiento o mejora.
En total participaron 117 individuos con una edad media de 85,6 años, de los cuales un 73,5% fueron mujeres. Las perspectivas de los participantes sobre el bienestar subjetivo se clasificaron en cuatro dimensiones: funcional, social, personal y ambiental. La dimensión social fue, con diferencia, la más repetida en todos los grupos focales como clave para el bienestar subjetivo.
Las interacciones con la familia más cercana fueron consideradas esenciales para el bienestar subjetivo, ya que generan y promueven sentimientos de aprecio, conexión y apoyo. Ser una persona socialmente comprometida y participar en la comunidad también tiene efectos positivos sobre el bienestar subjetivo.
“Además de promover el sentido de pertenencia al grupo y la comunicación, el compromiso social proporciona sentimientos de competencia y solidaridad y fomenta la autoestima”, afirma Elvira Lara, primera firmante del trabajo.
“Estos hallazgos refuerzan el dinamismo y la multidimensionalidad del constructo y confirman el papel destacado de la dimensión social en el bienestar subjetivo”, añade la investigadora.
El estudio destaca que el desarrollo y la implementación de acciones que incluyan la participación en la comunidad y el mantenimiento de las relaciones sociales, especialmente en aquellos individuos con una red social limitada o que reporten sentimientos de soledad, pueden fomentar el bienestar subjetivo entre la población de edad más avanzada.
Referencia bibliográfica:
M Lara E, Martín-María N, Forsman A, Cresswell-Smith J, Donisi V, Ådnanes M, Kaasbøll J, Melby L, Nordmyr J, Nyholm L, Rabbi L, Amaddeo F, Miret M. Mental Well-being in Late Life: Evidences From The Perspective Of The Oldest Old Population. Journal of Happiness Studies. DOI: 10.1007/s10902-019-00090-1
El departamento de Psiquiatría de la UAM es centro colaborador de la Organización Mundial de la Salud y, junto con otras cuatro instituciones europeas, desarrolla el proyecto EMMY. Este trabajo fue financiado por el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades y por el programa europeo The Joint Programming Initiative.
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