La Universidad de Salamanca investigan el diagnóstico precoz y el tratamiento de las alteraciones motoras en el desarrollo de bebés. Así, un equipo de la Escuela Universitaria de Enfermería y Fisioterapia ha desarrollado una línea de investigación que pretende paliar algunas carencias observadas en la llamada coordinación central, que relaciona el sistema nervioso central con los músculos ejecutores de ciertos movimientos. Estos problemas se presentan con mayor frecuencia en bebés prematuros.
Los científicos de la Universidad de Salamanca observaron que no suelen realizarse pruebas enfocadas a un diagnóstico de deficiencias en el desarrollo psicomotor de los niños, según explica José Ignacio Calvo Arenillas, especialista en discapacidad infantil que trabaja en el Departamento de Física, Ingeniería y Radiología Médica.
Sin embargo, muchos bebés presentan ciertas alteraciones en las posturas y en los movimientos y, aunque generalmente no se trate de trastornos de importancia, "pretendemos que la coordinación central se estructure cuanto antes", apunta el investigador. Estos problemas se presentan con mayor frecuencia en bebés prematuros, que no manejan bien las extremidades.
"El modelo de desarrollo ideal no existe, porque siempre hay algún pequeño trastorno, pero hemos observado que los niños prematuros o con bajo peso, es decir, los de menos de 37 semanas de gestación o de menos de 1.500 gramos, necesitan algún tipo de estimulación para poder integrar todas las funciones encefálicas", agrega.
Estos niños no siempre disfrutan de una rehabilitación adecuada y por eso el equipo liderado por Calvo Arenillas trata de ofrecer tratamientos a la vez que la práctica clínica le sirve para avanzar en su investigación.
"Desde hace cuatro años dedicamos dos tardes a la semana a este tipo de actividad", comenta el especialista, que recibe a los bebés que le mandan los pediatras y está en contacto con la Unidad de Neuropediatría del Hospital Universitario de Salamanca, pero que incluso ha llegado a tener algún caso procedente de Portugal.
En los bebés aún es muy moldeable el encéfalo, una parte del cerebro que coordina los movimientos, y esto resulta clave para el éxito de este tipo de terapias. "Puesto que aún no está estructurado, podemos influir en él a través de una técnica llamada terapia Vojta, que funciona muy bien", subraya.
Terapia Vojta
La terapia descubierta por Václav Vojta, neurólogo y neuropediatra de origen checo, desarrolla los mecanismos automáticos de locomoción. "Utiliza dos reflejos básicos que no se presentan normalmente, sino que hay que estimular, la reptación y el volteo reflejo, acciones que presentan una zona de coordinación muy importante en el sistema nervioso, de manera que "el resto de los reflejos están supeditados a estos dos". Los resultados son excelentes, según Calvo Arenillas: "Cuando les instauras el reflejo, empiezan a utilizar sus capacidades normalmente", asegura.
El investigador explica con un ejemplo que la técnica está basada en la contracción muscular que se dirige a los puntos de apoyo. "Cuando caminamos y apoyamos uno de los pies, toda la contracción del resto de los músculos de nuestro organismo se dirige hacia ese punto para mantenerlo fijo y que no nos caigamos", indica. Pues bien, en este caso, los investigadores estimulan la reptación (moverse arrastrando el cuerpo) sujetando y apretando en los puntos de apoyo para dirigir hacia ellos la contracción. "Esto hace que se produzca un 'imput' importante para organizar la musculatura hacia el cerebro y después un 'output' para que no se mueva ese punto de apoyo", señala.
El objetivo de los expertos es crear una unidad docente-asistencial que se ocupe de este tipo de servicio que se cubre, por el momento, con cuatro fisioterapeutas y una terapeuta ocupacional que desarrollan trabajos de investigación en este campo dentro de programas de doctorado y máster relacionados con las neurociencias y los trastornos de la comunicación.
En concreto, se ha desarrollado una tesis doctoral que ha comparado el desarrollo de los niños de peso normal con los niños de bajo peso utilizando una escala establecida para medir el desarrollo motor. Un trabajo similar aún en desarrollo trabaja con niños en edad escolar (a partir de tres años) conalgún trastorno en la marcha ya diagnosticado. Gracias a la adquisición de un aparato denominado electromiógrafo, que sirve para medir la actividad eléctrica producida por los músculos esqueléticos, "vamos a intentar medir las condiciones de los músculos en un grupo que realiza la terapia Vojta y en otro grupo que realiza otra terapia convencional para comprobar las diferencias".