Una especie de pegatina con un crucigrama resalta en todas de las puertas del Centro de Referencia Estatal (CRE) de Discapacidad y Dependencia de San Andrés del Rabanedo. Identifica cada una de las estancias y las personas que las ocupan, aunque lo hace con un sistema novedoso apenas utilizado en España. Lo hace en una representación que recuerda el plano de un laberinto o logograma chino; en cada uno de los cuáles hay también tres cuadrados situados en las esquinas, basado en un sistema denominado QR. Son códigos bidimensionales capaces de ser interpretados por un simple móvil con cámara de fotos y son de mucha utilidad para los usuarios del centro, especialmente aquellos que poseen algún tipo de discapacidad visual.
Para entender la vinculación del Código QR con el centro leonés hay que partir de dos premisas. La primera es que prácticamente todos los habitantes de España poseen móvil. La estadística señala que hay 111 líneas de teléfono de este tipo por cada cien habitantes, esto es, que hay más terminales que personas (según la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones, operan 51.467.671 líneas a marzo de 2009). La segunda es que los CRE (Centro de Referencia Estatal) deben ofrecer las mejores soluciones a sus usuarios. Y es lógico pensar que el que está especializado en la atención a personas con grave discapacidad y dependencias ofrezca soluciones tecnológicas eficaces a sus residentes. Uno de esos colectivos es de las personas con discapacidad visual. Y estos códigos bidimensionales se muestran como una solución.
"Mira, el mecanismo es sencillo: sólo se necesita hacer una fotografía al código QR y en unos segundos... tenemos la información". Mientras explica el funcionamiento, Nuria Mendoza, directora del centro, apunta con su móvil al recuadro de diez por diez centímetros que destaca sobre el picaporte de una puerta cercana a su despacho. De inmediato, la melodía de mensaje empieza a sonar en su teléfono. "María Díez González, técnico de Informática, planta baja". Este sistema comunicativo, cuyas siglas responden en inglés al término 'respuesta rápida', apenas se ha implantado en España, lo que convierte al centro en lo que quiere ser: de referencia. Movistar ha lanzado un sistema de almacenamiento de información de música y juegos llamado Movicode, Spanair y Vodafone desarrollaron una facturación en línea... pero nada en el terreno sociosanitario. Las etiquetas del CRE de San Andrés con su implantación pretenden la integración de las personas con déficits congitivos o con problemas visuales. "Y ha sido muy bien recibido por los usuarios", añade Mendoza.
A través de los adhesivos de las puertas de las diversas estancias, los usuarios pueden encontrar orientación espacial e información estructural del rencinto, además de indicarle el lugar en que se encuentra y qué actividades se realizan. "Así tienen a su disposición otro producto de apoyo para facilitar su independencia y autonomía. Imagina que una persona con una discapacidad visual se confunde de pasillo en el centro. Con sacar el móvil de su bolsillo y fotografiar el código, tiene una respuesta inmediata sin necesidad de requerir de otro individuo". El mensaje que recibe el usuario no sólo es textual (SMS), sino que también puede ser por medio de una grabación de voz, lo que beneficia a las pesonas con visibilidad reducida.
El código QR es un método de almacenamiento de información en una matriz de puntos, una especie de código de barras bidimensional en el que los teléfonos móviles hacen las veces de los lectores láseres que se encuentran las cajas registradoras de los establecimientos comerciales. Tiene capacidad para 7.089 caracteres numéricos, 4.296 alfanuméricos y 2.953 octetos (o bytes). A partir de todos estos datos se puede elaborar todo un sistema de comunicación que se visualiza en forma bidimensional y para el que sólo es necesaria una aplicación de creación y otra de lectura en teléfonos móviles y ordenadores. El código fue desarrollado por la compañía japonesa Denso-Wave.