Tras analizar 32 millones de fallecimientos por enfermedades cardiovasculares durante cuatro décadas en 27 países, un equipo internacional de investigadores ha estimado que una de cada 100 de estas muertes se puede atribuir a días con temperaturas muy bajas o muy altas.
Las temperaturas extremas, tanto por frío como por calor, incrementaron el riesgo de muerte entre las personas con enfermedades cardiovasculares como la cardiopatía isquémica, el accidente cerebrovascular, la insuficiencia cardíaca o la arritmia.
Esta es la principal conclusión de un estudio internacional publicado este lunes en la revista Circulation de la Asociación Americana del Corazón.
Aunque las tasas de mortalidad cardiovascular se han reducido mucho en las últimas décadas gracias a que se han identificado factores de riesgo individuales como el tabaco, la inactividad física, la diabetes tipo 2 o la hipertensión arterial, "ahora, el reto es el medio ambiente y lo que el cambio climático puede depararnos", advierte el coautor Barrak Alahmad, de la Universidad de Harvard (Boston).
Con la crisis climática, se precisa más investigación para examinar y desarrollar estrategias que mitiguen el impacto de las temperaturas extremas en las enfermedades cardiovasculares, afirma el equipo.
Una mujer bebe agua bajo el intenso calor. / EFE/ Clara Margais
El trabajo, en el que también participa el profesor Dominic Royé de la Universidad de Santiago de Compostela (USC), analizó 32 millones de muertes cardiovasculares. El análisis abarcó 567 ciudades en 27 países de todo el mundo entre 1979 y 2019.
Los datos fueron extraídos de la Multi-Country Multi-City (MCC) Collaborative Research Network, un consorcio de epidemiólogos, bioestadísticos y científicos del clima que estudian sus impactos en la salud y los factores estresantes ambientales relacionados con las tasas de mortalidad.
Para llevar a cabo el análisis, los investigadores compararon las muertes cardiovasculares en el 2,5 % de los días más calurosos y más fríos de cada ciudad con las que ocurrieron en los días que tenían la temperatura óptima (asociada con la menor tasa de muertes) en la misma localización.
Por cada 1.000 muertes de naturaleza cardiovascular, el estudio detectó que las jornadas de calor extremo generaban 2,2 muertes adicionales; mientras que el frío extremo origina 9,1 fallecimientos adicionales.
Entre las enfermedades cardiovasculares examinadas en el estudio, la insuficiencia cardíaca se relacionó con el mayor exceso de muertes por temperaturas extremas (2,6 muertes adicionales en días de calor extrema y 12,8 con frío extremo).
"Una de cada 100 muertes cardiovasculares puede atribuirse a los días de temperaturas extremas, y los efectos de la temperatura fueron más pronunciados cuando se analizaron las muertes por insuficiencia cardiaca", subraya otro de los autores, Haitham Khraishah, investigador de la Universidad de Maryland (EE UU).
"Aunque desconocemos la razón, esto puede explicarse por la naturaleza progresiva de la insuficiencia cardiaca como enfermedad, que hace a los pacientes susceptibles a los efectos de la temperatura", apunta.
Este es un descubrimiento importante ya que una de cada cuatro personas con insuficiencia cardíaca es reingresada en el hospital dentro de los 30 días posteriores al alta, y solo el 20 % de los pacientes con insuficiencia cardíaca sobreviven 10 años después del diagnóstico, recuerdan los autores.
En el caso español, por cada 1.000 muertes, el frío por encima de los valores habituales ocasiona 11,3 muertes cardiovasculares, mientras que el calor extremo genera 4 muertes adicionales. La enfermedad isquémica del corazón (11,7 muertes), seguida del ictus (11), de la insuficiencia cardíaca (8,3) y arritmia cardíaca (9,8) son las patologías que se ven más afectadas por el frío extremo.
En el caso del calor, las dolencias que padecen un mayor impacto son ictus (3,6), seguida de enfermedad isquémica del corazón e insuficiencia cardíaco (en los dos casos, 3,5 muertes adicionales), y arritmia cardíaca (0,1).
Los autores del estudio, que ha contado con financiación de la Kuwait Foundation fuere the Advancement of Science (KFAS), sugieren que pueden ser necesarios sistemas de alerta específicos y consejos para las personas vulnerables a fin de prevenir las muertes cardiovasculares durante las temperaturas extremas.
"Tenemos que estar al tanto de las exposiciones ambientales emergentes. Hago un llamamiento a las organizaciones profesionales de cardiología para que encarguen directrices y declaraciones científicas sobre la intersección de las temperaturas extremas y la salud cardiovascular. Así, podremos ofrecer más orientación a los profesionales de la salud e identificar lagunas en los datos clínicos y futuras prioridades de investigación", concluye Alahmad.
El estudio precisa que la falta de datos del sur de Asia, Oriente Medio y África no permite utilizar estos hallazgos para hacer estimaciones globales sobre el impacto de las temperaturas extremas en las muertes cardiovasculares.
Referencia:
Barrak Alahmad et al. "Associations Between Extreme Temperatures and Cardiovascular Cause-Specific Mortality: Results From 27 Countries". Circulation, 2022.