Antidepresivos más eficaces y más rápidos

En el trabajo defendido por el farmacólogo y bioquímico Jorge Emilio Ortega Calvo en la Universidad del País Vasco (UPV/EHU), se ha propuesto una nueva estrategia antidepresiva capaz de mejorar las carencias de las actualmente utilizadas.

La depresión es una enfermedad crónica y recurrente que puede afectar al menos al 20% de la población a lo largo de su vida, según diversos estudios. Además, según la Organización Mundial de la Salud, para el año 2020 los trastornos del estado de ánimo pueden ser la primera o segunda causa de baja laboral en los países desarrollados. Las terapias antidepresivas actuales, sin embargo, están aun muy lejos de ser óptimas.

Sobre este tema gira la tesis doctoral que el farmacólogo y bioquímico guipuzcoano Jorge Emilio Ortega Calvo ha llevado acabo en la Facultad de Medicina y Odontología de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU). Un trabajo en el que se analizan básicamente los mecanismos de acción de los fármacos antidepresivos actuales y se plantean nuevas estrategias antidepresivas que puedan ser en un futuro cercano útiles para mejorar las carencias de las estrategias actuales.

El trabajo doctoral titulado Nuevas estrategias de potenciación antidepresiva basadas en la interacción entre los sistemas noradrenérgico y serotonérgico centrales. Estudio mediante microdiálisis cerebral in vivo ha sido dirigido por el catedrático de Farmacología José Javier Meana Martínez y el profesor de Farmacología Luis Felipe Callado Hernando, y ha obtenido la calificación de sobresaliente cum laude. Durante la realización de la tesis doctoral ha tenido la oportunidad de hacer una estancia en una multinacional farmacéutica de los Estados Unidos, concretamente, en los Laboratorios Eli Lilly.

Jorge Emilio Ortega Calvo es licenciado en Farmacia y Bioquímica por la Universidad del País Vasco, y actualmente prosigue con sus investigaciones en el laboratorio de farmacología de la UPV/EHU.

Un freno mayor de lo habitual

Mediante este estudio se pretende, por un lado, avanzar en el conocimiento de una enfermedad de elevada prevalencia y a su vez de etiología desconocida, la depresión, y por otro lado, desarrollar estrategias más eficaces que las actuales.

La depresión se relaciona principalmente con trastornos o deficiencia de los neurotransmisores noradrenalina y serotonina. En el proceso de la depresión, los niveles de noradrenalina y serotonina se encuentran alterados en diversas áreas cerebrales. La labor de los antidepresivos es equilibrar de alguna manera dichos niveles. Sin embargo, la mayor carencia de los tratamientos de esta enfermedad es que solo un 60-70% de los pacientes responden al tratamiento; además, cuando una persona empieza a ser tratada, normalmente requiere al menos entre dos y cuatro semanas antes comenzar a mejorar su sintomatología. Por lo que muchos pacientes dejan de tomar el medicamento al no observar ningún tipo de mejoría a corto plazo.

A raíz de eso, el objetivo principal de esta tesis doctoral fue estudiar los mecanismos de acción de esos fármacos, para, por un lado, identificar tratamientos que actúen desde el principio, y, por otro lado, tratar de mejorar o hacer que los pacientes que en un principio no responden a dichos tratamientos también puedan ser tratados adecuadamente.

Para ello, se combinan los tratamientos habitualmente utilizados con nuevas dianas, como pueden ser los fármacos antagonistas de los adrenoceptores α2 que ayudan a potenciar o incrementar la neurotransmisión existente en el cerebro. Puesto que en diversos estudios se ha observado que en cerebros postmortem de pacientes previamente diagnosticados con depresión y que habían cometido suicidio dichos adrenoceptores se encuentran alterados, su función esta incrementada y hacen un freno mayor de lo normal. Ese freno impide que los sistemas de neurotransmisión funcionen correctamente. “Si nosotros impedimos ese mayor freno que padecen las personas con depresión, puede ser que desde el principio el fármaco antidepresivo pueda empezar a actuar” añade.

El abordaje de este estudio se ha llevado acabo en animales utilizando la técnica de microdiálisis cerebral in vivo; “es decir, mediante cirugía hemos introducido unas sondas en ciertas áreas cerebrales, y hemos recogido y medido la cantidad de neurotransmisores que hay en esos lugares, para ver a posteriori como se modifican cuando se administran diversos fármacos”.

Los resultados obtenidos en la tesis apuntan que las nuevas estrategias propuestas son capaces, por un lado, de mejorar la respuesta porcentual en cuanto al número de personas que responden al tratamiento, y por otro, de acortar el periodo de tiempo entre el inicio del tratamiento y la respuesta terapéutica. “Lo cual puede indicar que si todo ello se lleva a un ensayo clínico y se empieza a probar con pacientes que tienen depresión, tal vez haya una respuesta más rápida y en mayor número de pacientes” asegura.

Fuente: UPV-EHU
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