Un equipo de investigadores de la Universidad de Nottingham (Reino Unido) formará parte en uno de los primeros estudios sobre el efecto de los productos químicos presentes en el medio ambiente en hembras de mamíferos. La reunión inaugural del proyecto se celebró en Copenhague los pasados 22 y 23 de mayo.
Nuestra exposición cotidiana a los productos químicos es cada vez mayor. Desde los envases de los alimentos hasta el aire que respiramos, el contacto diario con sustancias potencialmente tóxicas podría estar afectando a nuestra salud, y a nuestra fertilidad.
Como parte del consorcio Reproductive Effects of Environmental Chemicals in Females Consortium (REEF), Richard Lea, de la Escuela de Ciencias y Medicina Veterinaria, y Kevin Sinclair, de la Escuela de Ciencias Biológicas, recibirán una subvención de más de 600.000 euros por su trabajo de investigación sobre el modo en que dichos productos químicos afectan a la fertilidad de los mamíferos. E proyecto obtendrá una financiación total de 2,92 euros de la Unión Europea.
Lea y Sinclair estudiarán el efecto de bajos niveles de productos químicos presentes en el medio ambiente sobre fetos de oveja en el útero materno. Los productos químicos específicos que serán objeto del estudio se encuentran en los lodos de aguas residuales municipales que se dispersan en los campos de pasto para ganado ovino, antes de que entre en la cadena alimenticia humana.
Los perjuicios de la ‘bioacumulación’
Los científicos consideran que la cantidad de productos absorbidos es tan pequeña que sería difícil discriminarla mediante análisis. No obstante, a causa de un proceso denominado ‘bioacumulación’, los productos químicos pueden acumularse en un individuo a lo largo de varios años, almacenándose fundamentalmente en el tejido graso. Si bien dichos productos químicos pueden no ser perjudiciales para los individuos en cuestión, si se transfieren — por ejemplo, durante la gestación en el útero, o a través de la cadena alimenticia— podrían tener consecuencias para la salud humana.
“Una de las preocupaciones que genera la bioacumulación es que cuando la grasa se descompone y se transfiere —por ejemplo, cuando una hembra amamanta a su cría — las crías están expuestas a concentraciones de productos químicos que la madre ha acumulado durante años”, explica Sinclair.
Otros científicos de la localidad escocesa de Aberdeen han proporcionado medidas precisas de productos químicos concretos en el medio ambiente y en tejidos de animales. Dichas sustancias adoptan, con frecuencia, la forma de productos químicos que imitan la estructura de las hormonas.
“Estos productos químicos proceden de diversas fuentes, entre las que hay plásticos, pesticidas y residuos industriales, y muchos de ellos persisten en el medio ambiente durante tiempos prolongados, aunque sea a niveles muy reducidos”, afirma Lea. “El problema es que incluso niveles muy bajos pueden seguir teniendo efectos”, apostilla.
El estudio, que se desarrollará a lo largo de tres años, examinará el modo en que los productos químicos se transmiten de la madre al feto, y como esa transferencia afecta al feto. Se cree que, si bien esta generación de animales puede no tener problemas para su fecundación, la próxima generación y las generaciones futuras pueden tener problemas de fertilidad derivados de la exposición durante la gestación a productos químicos presentes en el medio ambiente.
Lea alerta de lo siguiente: “Aunque la fertilidad de los machos ha sido objeto de diversos estudios en los últimos años, ésta será la primera vez que se estudia la fertilidad de las hembras. En la actualidad, se sabe menos de los efectos de los productos químicos análogos a las hormonas en los fetos femeninos en desarrollo, por lo que las consecuencias sobre el desarrollo reproductivo en las hembras pueden ser superiores que en los machos.”
“Aquí no hablamos de defectos congénitos evidentes, sino de pequeños cambios causados por la exposición a productos químicos que afectan a la función reproductora, cambios que se producen a lo largo de generaciones, no cambios inmediatos”, añade Sinclair.