Una de las muchas facetas en las que destacó el genio italiano Leonardo da Vinci (1452-1519) fue en la de inventor, ideando y montando diversos modelos de su famosa máquina voladora. Uno de los prototipos lo probó sin éxito en Milán el 3 de enero de 1496.
El vuelo de los pájaros inspiró algunos de los diseños de su máquina voladora, provista de poleas, cables, pedales y palancas que el piloto debía accionar para tratar de despegar del suelo y mantenerse en el aire. Además contaba con amortiguadores, que como las patas de las aves, ayudaban a suavizar los aterrizajes.
Pero los resultados no fueron los esperados. Da Vinci llegó a la conclusión de que el ser humano no puede generar, solo con sus músculos, una energía suficiente como para poderse elevar a sí mismo. Como alternativas también ideó un ‘tornillo aéreo’, precursor del helicóptero actual, así como primitivas alas delta y paracaídas triangulares con un armazón de madera.
El genio del Renacimiento escribió diversos documentos y tratados fruto de sus observaciones de las aves, entre los que destaca el Códice sobre el vuelo de los pájaros, un conjunto de 18 folios redactados e ilustrados en Florencia a comienzos de 1505.