“Un perfil sorprendente y un espíritu emprendedor innato”. Así describe el jurado de los premios MIT Innovadores menores de 35 a Karen Márquez (Barcelona, 1979), periodista de formación y una de las ganadoras de la edición española en 2013. Su proyecto Infantium, que ya se encuentra en una fase previa a la comercialización, es una plataforma basada en tecnología cognitiva, inteligencia artificial e ingeniería de datos para personalizar y adaptar el aprendizaje infantil.
¿Qué supone para Infantium este premio?
Es la verificación de que estamos en el campo adecuado y que hay que seguir a pesar de todo. Han sido dos años muy duros. La gente nos decía “¡Qué hacéis, si las cosas en educación no le importan a nadie!”. Que una institución tan reputada considere que Infantium es una de las tecnologías del futuro ha dado mucha credibilidad y prestigio al proyecto.
¿En qué consiste?
Infantium es una plataforma de tecnología cognitiva y big data basada en neurociencia e investigación para personalizar el aprendizaje infantil. Analizamos sus interacciones a través de tabletas on line, aunque tenemos previsto recoger datos de otras fuentes, como Smart TV, relojes inteligentes Kinect, etc.
¿Cómo se personaliza el aprendizaje con su método?
La idea es captar en todo momento cómo interacciona el niño con diferentes contenidos y, con esos datos, saber cómo ha aprendido, qué le falta por aprender y cuáles son las actividades adecuadas según sus capacidades. En función de sus respuestas elaboramos un perfil cognitivo y trazamos su ruta de aprendizaje. Partimos de la base de que dos niños no son iguales ni aprenden de la misma manera.
Entonces, ¿ofrecen una plataforma de contenidos para mejorar el aprendizaje?
Nosotros no hacemos contenido, utilizamos contenido aportado por compañías multimedia, desarrolladores o editoriales. El contenido es un canal para conocer exactamente el perfil cognitivo del niño. Infantium lo analiza de acuerdo con un modelo científico desarrollado en colaboración con la Universidad Autónoma de Barcelona y la Universidad de Londres.
¿Cómo nació esta aplicación?
En 2011 mi socio Dani González y yo nos dimos cuenta de que se estaban haciendo cosas para personalizar el aprendizaje en secundaria, pero nada en educación infantil. Nos chocaba bastante porque los impactos durante los primeros cinco años de vida son fundamentales para el desarrollo posterior. Presentamos el proyecto en una feria internacional en Barcelona, ganamos el premio a la idea de mayor impacto futuro y empezamos a trabajar en ella. Conocimos a Carles Grau, director del Sector Público de Microsoft, que nos ayudó mucho. En aquel momento se estaba haciendo mucha computación basada en el cerebro y decidimos aplicar la idea a la educación infantil.
¿La educación formal no tiene en cuenta este tipo de necesidades?
El problema del sistema tradicional educativo en Primaria y Secundaria es que se ciñe a objetivos curriculares, estándares que definen gobiernos y que cambian mucho de país a país. Trabajar con objetivos de desarrollo cognitivo tiene la ventaja de que son objetivos y muy globales.
¿Los procesos de aprendizaje son comunes para todos los niños?
Eso es. El aprendizaje se basa en objetivos de desarrollo cognitivo que sientan las bases de las habilidades aritméticas, la adquisición de lenguaje y estructuras matemáticas, la representación mental de palabras y números, etc., que después se desarrollan con la edad.
¿Cómo fue el proceso para trabajar con distintas universidades?
Para ambas universidades, la UAB y la Universidad de Londres, era muy interesante trabajar con un modelo que desarrollara todas las áreas del conocimiento. La pedagogía es la materia que más ha estudiado los patrones de aprendizaje, pero no tiene tanta fuerza como la neurociencia. Las cifras de abandono escolar son increíblemente altas y no es por la falta de capacidad, quizás no se esté enfocando de la mejor manera. Neurociencia y tecnología pueden tener un gran impacto para reducir estas cifras.
¿Cómo realiza esta aplicación la ruta cognitiva personalizada?
El niño juega tranquilamente, no lo percibe como aprendizaje, aunque en niños tan pequeños el aprendizaje y el entretenimiento están unidos. Cada una de sus respuestas y estrategias nos permite conocer el perfil cognitivo del niño. Cuanto más se usa, más aprende el sistema de la persona que lo usa. Y cuantos más niños lo utilicen, más patrones podremos observar. La tecnología de Infantium no solo te permite analizar un error o un acierto, sino saber el porqué de la estrategia de elección. Por ejemplo, al hacer un puzle, ¿por qué lo resuelve de esa manera? De ahí se infieren datos sobre la capacidad espacial.
Al ser una plataforma para tabletas, ¿ofrece un modelo de educación individualista?
Nuestra visión va más allá. Se basa en el context awareness, es decir, el uso de la tecnología para conocer el contexto. Yo en cinco años me imagino a los niños usando teléfonos y relojes inteligentes, y a sus padres sabiendo lo que aprenden en el colegio. Es un sistema que se complementa con la educación formal. Podemos detectar si el niño está usando Infantium en casa o en el colegio, con lo que estos datos se integran en la educación.
¿Ya se puede comprar?
Lo comercializaremos con Telefónica. Hemos hecho pilotos en Barcelona, Lleida y ahora tenemos un par de pruebas muy importantes con la GSMA (organización de operadores móviles y compañías).
Al conocer los patrones de los usuarios, ¿puede tener esta aplicación interés para la industria del entretenimiento?
Absolutamente. Todo indica que en los próximos cinco años el entretenimiento también será personalizado. Es un salto cualitativo importante saber a quién le gusta tu juego. Ofrece una información valiosa para que cada uno de los desarrolladores tome decisiones sobre los cambios que hacer.
¿Han encontrado competencia en el mercado?
No hay competencia basada en neurociencia. La semana pasada estuvimos hablando con el vicepresidente de Disney en Palo Alto, California, y nos decía que habían intentado hacerlo pero no pudieron. No hay nadie integrando investigación científica con contenidos de terceros.
Infantium ha sido galardonado con varios premios. ¿Después de ellos han recibido más apoyo empresarial?
España hemos encontrado muchas dificultades. Aquí ciencia y educación no son una mina de oro, pero fuera hemos tenido muchísimo apoyo. Nos han llamado del MIT para colaborar juntos. Ahora el mercado educativo está en crecimiento y las grandes empresas señalan que el futuro es el ordenador cognitivo. Hacia allí es donde van los tiros.