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“Las mayores inundaciones corresponden a roturas de lagos”

Gerardo Benito es uno de los 14 investigadores españoles que han participado en la elaboración del Quinto Informe de Evaluación (AR5) del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) que fue presentado en marzo en Japón. Este geólogo es profesor de investigación del CSIC y participa en el Grupo de Trabajo II que evalúa la vulnerabilidad de los sistemas socioeconómicos y naturales al cambio climático y las opciones para adaptarse a él.

Gerardo Benito, profesor de investigación del CSIC. Imagen: Jesús Juez.

Según el último informe del IPCC el calentamiento del sistema climático es inequívoco. ¿Cuáles son las evidencias que hay para ser tan concluyente?

En primer lugar la temperatura, que cada año se incrementa tanto la media como los máximos. De hecho, en trece de los catorce años que llevamos de siglo se posicionan en los primeros puestos del ranking de años más calurosos del período instrumental. Cada una de las tres últimas décadas ha superado la temperatura media de la década precedente. A su vez hay una serie de impactos que son evidentes como la deglaciación y la menor cobertura de nieve, tanto en glaciares de montaña como en el Ártico, aunque es cierto que en el Antártico las evidencias no son tan claras. Además, hay una serie de impactos en la hidrología. En algunas zonas está aumentando la longitud de los períodos secos y en general las precipitaciones, mientras que en otras en otras están aumentando las inundaciones.

“Cada una de las tres últimas décadas ha superado la temperatura media de la década precedente”

Parece existir una evidencia robusta de que el aumento de los gases de efecto invernadero va a provocar en algunas zonas escasez de agua, mientras que otras sufrirán más inundaciones.

Esto es una visión global, luego hay que analizarlo región por región. Hay que distinguir datos observados de datos proyectados. En cuanto a datos observados, alguno de estos impactos hidrológicos no son del todo claros. Por ejemplo, todavía no hay un registro hidrológico claro que indique que las inundaciones hayan aumentado durante el período de observación. En el caso de las sequías, sí se observan zonas en las que se aprecia una tendencia hacia la disminución de las precipitaciones. En los datos observados hay más polémica; sin embargo, en los proyectados se empiezan a ver datos más concluyentes, en cuanto que hay determinadas zonas donde van a aumentar las inundaciones, pero también hay otras zonas donde van a disminuir. En concreto en España, aunque parezca extraño, tanto los datos observados como los proyectados indican que hay muchas zonas en las que van a disminuir las inundaciones.

¿Cuáles son las regiones más vulnerables a la variabilidad del clima?

Aquellas situadas en los cinturones subtropicales, donde incluye el Mediterráneo, la parte meridional de Norteamérica, zonas de Chile, Argentina y Sudáfrica, y el oeste de Australia. En estas regiones existe una gran variabilidad hidrológica anual por lo que cualquier pequeño cambio supone añadir más estrés.

¿Qué impacto puede tener la disminución de los recursos hídricos renovables?

Se calcula que para un aumento de temperatura moderado de 2 ºC para 2100 y en regiones subtropicales, lo que incluye el clima mediterráneo, los recursos hídricos pueden disminuir entre un 10% y un 30%. Esta es una previsión optimista, ya que los modelos indican que la temperatura puede llegar a aumentar hasta 4,5 ºC. En cualquier caso, incluso con una disminución de las emisiones es razonable prever un aumento de 2 ºC. Por tanto, el impacto de las sequías puede ser importante. También se espera que los períodos de lluvia se concentren más en el tiempo, con lo que las estaciones secas serán más largas.

Lo que no parece tan claro es que los períodos de sequías prolongadas, de doce meses o más, vayan a aumentar. Lo que sí va aumentar es la frecuencia de las sequías más cortas, de varios meses, que pueden afectar a zonas donde no haya adaptación para la sequía. No es el caso de España, donde hay una red que permite que las sequías de cuatro o cinco meses se puedan aguantar, pero si esto pasa en el Reino Unido, o incluso en el norte de España, al tratarse de zonas que no están adaptadas, puede haber problemas.

“El agua tendrá una mayor concentración de contaminantes, con lo que se espera que haya menos agua y de peor calidad”

¿Qué implicaciones puede tener esa reducción de los recursos hídricos en la calidad del agua?

La contaminación va a continuar y, al haber menos caudales en los ríos, el agua tendrá una mayor concentración de contaminantes, con lo que se espera que haya menos agua y de peor calidad.

¿Qué papel desempeñan la frecuencia y el rigor de sucesos hidrológicos extremos como son las sequías e inundaciones para predecir las respuestas climáticas al calentamiento global?

Es muy difícil determinar si un evento concreto, ya sea una sequía o una inundación, tiene que ver con el cambio climático ya que el propio sistema climático es muy irregular. Lo que se hace es utilizar modelos para reproducir cuál sería la secuencia de fenómenos hidrológicos extremos. Lo que se ve es que con calentamiento la probabilidad de que sucedan ese tipo de eventos es tres o cuatro veces más alta que sin calentamiento.

¿Se pueden distinguir los efectos del cambio global del cambio climático?

Sí, por los efectos que tienen los forzamientos radiactivos que generan esas emisiones. Conviene separar cambio global, como los cambios de usos del suelo, de la vegetación, de cambio climático.La única manera de evaluar el impacto del hombre es mediante las emisiones de gases; caracterizar los volúmenes de millones toneladas de gases que se emiten y determinar cuál es el papel del forzamiento radiactivo de esos gases. Es allí donde se puede ver el papel del hombre.

Los cambios de usos del suelo afectan a la biodiversidad. ¿Qué impacto tienen en la hidrología?

Desde un punto de vista hidrológico, a escala local, influyen más los cambios de usos del suelo que el incremento de temperatura. Una de nuestras líneas de trabajo es analizar el impacto de los cambios de usos del suelo y del clima en la hidrología y en la producción de sedimentos. Analizamos por un lado el período pasado, desde el siglo XIX; por otro, el período instrumental, desde 1970 hasta la actualidad, y finalmente, las proyecciones para el futuro. Las conclusiones que obtenemos de nuestra modelización muestran que los cambios de uso del suelo ejercen una mayor influencia en la hidrología y la erosión que el cambio del clima.

“Los cambios de uso del suelo ejercen una mayor influencia en la hidrología y la erosión que el cambio del clima”

¿Cómo se reconstruye la historia de una inundación?

Estamos trabajando en dos líneas distintas: una en lo que sería la reconstrucción de inundaciones en cauces fluviales y otra la reconstrucción de inundaciones registradas en lagos. En el caso del río lo que hacemos es analizar las evidencias físicas de inundaciones que ha podido haber en el pasado. Estas evidencias suelen ser depósitos que arrastra la inundación y que acumula a lo largo de los corredores fluviales. En las zonas marginales, donde hay menos velocidad, se van depositando capas de sedimento y cada una de estas capas corresponde a una inundación. Nosotros lo que hacemos es limpiar esos cortes, analizar las capas de sedimentos acumulados y a partir de ahí determinamos el número de eventos. Después, con las dataciones, precisamos el momento en el cual se han producido.

También hay una línea de trabajo de evidencias de impactos en la vegetación. Para ello se analizan los impactos o heridas que hay en los troncos de los árboles situados en los corredores fluviales. Cuando se genera una inundación los flotantes que acarrea ese agua acaban impactando sobre el tronco de los árboles y por la posición del impacto se puede determinar la altura que tenía ese caudal. Posteriormente, el análisis dendrocronológico permite determinar el momento en que se ha producido la inundación.

¿Y las inundaciones en lagos?

Estamos trabajando en lagos varvados donde tiene lugar una sedimentación anual de capas de calcita o de materia orgánica. La ventaja de los lagos es que tienes un buen control cronológico, puedes saber el año al que corresponde cada uno de estas varvas –las láminas anuales que se van acumulando en el lago. En verano tienen unos desarrollos algales que producen una acumulación de laminitas de calcita, y en invierno se acumulan capas de materia orgánica. Contando esas láminas puedes saber en qué año te encuentras. Aparecen también otras laminitas de arena o limos que tienen que ver con las inundaciones. Estos análisis los complementamos con modelos hidráulicos para estudiar la magnitud de las inundaciones.

¿Cuáles son las inundaciones más grandes ocurridas a lo largo de la historia de la Tierra?

Normalmente no tienen que ver con fenómenos meteorológicos sino que están relacionadas con roturas de lagos; son las que generan mayor volumen de agua. Los fenómenos meteorológicos tienen un límite máximo de lluvia que pueden generar, mientras que en el caso de los lagos, cuanto mayor es el lago más grande será la inundación que provoque en el caso de que rompa.

¿Todos los lagos pueden provocar inundaciones?

Las mayores inundaciones corresponden a roturas de lagos y muy particularmente, roturas de lagos glaciales. Esto es porque son los más inestables. Son inundaciones que tienen que ver con el último máximo glacial, hace 20.000 o 15.000 años. En un momento determinado los glaciares avanzaron, ese avance de las lenguas taponó algunas redes de drenaje y formaron grandes lagos y cuando comienza la deglaciación esas barreras de hielo se debilitan y los lagos acaban drenando de forma súbita y rápida. Son esas inundaciones las que generan mayores caudales.

¿Puede poner algún ejemplo?

Puedo citarte el caso del lago Missoula, localizado en Montana (EE.UU), donde hemos trabajado. Este antiguo lago de origen glacial tenía 2.100 km3, un volumen similar al del lago Michigan, que drenó en diez días. La profundidad del flujo en algunos puntos fue de 600 metros de agua y la anchura de varios kilómetros; llegó a alcanzar hasta 18 millones de metros cúbicos por segundo. Para hacerse una idea, la mayor inundación del Amazonas tiene del orden de 100.000 m3. Al principio se creía que era un evento único en el mundo pero al final se empezaron a estudiar otros casos. También hemos trabajado en Siberia, en el lago Kurai, del que también hay evidencias de que drenó de forma súbita, y luego se han visto más fenómenos de mega-inundaciones.

Otros ejemplos, aunque un poco distintos son el estrecho de Gibraltar, que durante el final del período Messiniense se generó como consecuencia de un drenaje catastrófico desde el Atlántico al Mediterráneo, que se encontraba prácticamente seco. O el caso de las inundaciones en el estrecho del canal de la Mancha, donde hay evidencias de que el actual cañón se generó por una mega-inundación.

Acaba de volver de Chile, donde está estudiando una gran inundación en el mayor lago de Sudamérica.

Sí, se trata del lago General Carrera que tiene 140 km de longitud. Este lago durante el Pleistoceno superior, hace 10.000-15.000 años, drenaba hacia el Atlántico. Esto lo sabemos porque hay muchos ríos que ahora están secos y que suponemos que en aquel período estarían activos. Con el retroceso glacial, una de las lenguas que retenía el lago rompió y ocurrió una inundación súbita que fue generando una serie de cañones que encontraron su vía de salida hacia el Pacífico, con lo cual todos esos ríos Atlánticos han quedado totalmente secos. Eso debió de tener un impacto importante, no sólo en la vegetación y en la fauna sino también en los humanos que poblaban la zona en aquel tiempo.

“Muchas de las formas que se ven en las megainundaciones de la Tierra también se ven en Marte”

Algunas de las inundaciones catastróficas presentan morfologías similares a las que podemos encontrar en Marte. ¿Cómo se estudia una inundación en ese planeta?

Como en Marte no se puede hacer campaña de campo, uno de los modos de analizar ese tipo de formas y determinar cuándo se han producido y con qué magnitud, consiste en compararlas con sus análogos terrestres. Muchas de las formas que se ven en las megainundaciones de la Tierra también se ven en Marte: la formación de canales en los lechos, la formación de barras de sedimentos y la generación de islas con formas claramente modeladas por flujos de agua. Esto nos sirve para decir que las ha generado un flujo de agua, que no es tan evidente, y luego para tratar determinar la magnitud que habían tenido esos flujos.

A lo largo de su carrera ha trabajado en una gran diversidad de proyectos. ¿Cuáles son los que más le interesan?

Me interesan los proyectos en los que jueguen algún papel los eventos extremos y a su vez no tengo que olvidar que soy geólogo y estoy interesado también en abarcar períodos de tiempo largos, porque para mí el tiempo es algo importante. No puedo analizar un proceso de forma puntual sino que necesito manejar una escala temporal que me permita situar ese evento en un contexto más amplio. Por eso, estudio inundaciones pero reconstruyéndolas para poder determinar si una inundación como la que ocurrió en 2012 en los municipios murcianos de Lorca y Puerto Lumbreras es una inundación extrema en un contexto histórico y para ello tienes que manejar una escala temporal amplia.

Fuente: MNCN
Derechos: Creative Commons

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