Nació en Bad Mergentheim, ciudad alemana situada a orillas del río Tauber, pero los derroteros de la vida y sobre todo su pasión por la ciencia le trajeron hasta Santa Cruz de Tenerife. Trabaja como investigador en el Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) y afirma que sus intereses profesionales se centran en la detección y caracterización de planetas solares y extrasolares. Además, Hans-Jörg Deeg, forma parte de la misión espacial Corot, cuya objetivo es, precisamente, la búsqueda de planetas extrasolares, sobre todo aquellos que poseen un tamaño similar al terrestre.
Hace poco más de un mes participó en el descubrimiento del exoplaneta más pequeño descubierto hasta la fecha. Por ello, sus ojos transmiten emoción cuando habla de misiones como Kepler. Su carácter abierto y su casi perfecto español hacen de él un gran divulgador de la ciencia, siempre dispuesto a aclarar dudas.
Hace tan sólo unos días la NASA lanzó al Espacio la misión Kepler. ¿Qué expectativas hay en la comunidad científica y cual es su percepción personal?
La misión Kepler constituye un importante paso tanto para la búsqueda de planetas extrasolares como para expandir el conocimiento que sobre ellos se tiene. Se trata de una sonda que ha sido diseñada con el fin de encontrar planetas que sean similares a la Tierra. Hasta ahora, tenemos pocos casos de planetas que se parezcan al nuestro, ya que los que se han ido descubriendo suelen parecerse a Júpiter. Kepler buscará los más pequeños, los de nuestro tamaño y cuya órbita esté lo suficientemente alejada de la estrella como para poseer una temperatura similar a la nuestra. Es decir, planetas en los que se pueda desarrollar la vida.
La comunidad científica tiene bastante expectativas con Kepler. Hay que tener en cuenta que es la primera misión espacial diseñada, exclusivamente, para la búsqueda de planetas extrasolares. Espero que todo vaya bien y se cumplan los objetivos marcados. El éxito de esta misión tendría muchas implicaciones en nuestro trabajo, y supondría innovaciones a nivel tecnológico, teórico... Además, Si Kepler triunfa, seguramente haya más motivación para seguir investigando y para embarcarse en nuevas misiones.
Hasta ahora una de las técnicas más usadas y que más éxito ha demostrado tener a la hora de buscar exoplanetas es el “método de tránsito” con el que, por cierto, usted trabaja. ¿Qué novedades aporta Kepler con respecto a esas técnicas de búsqueda?
Realmente en este sentido no aporta ninguna gran novedad. Hay que mencionar que Kepler es un proyecto bastante viejo. Se presentó por primera vez a mediados de los 80, antes del descubrimiento de cualquier planeta extrasolar. Por ello, se podría decir, que la sonda Kepler es realmente la misión original para encontrar exoplanetas de la que han surgido otras, aunque éstas lleven más tiempo funcionando. El método de tránsito, que será también el que utilice Kepler, está teniendo mucho éxito. Se trata de medir los cambios en el brillo de la estrella causados por el paso de un planeta por delante de ella. Hasta ahora, esto se había hecho con pequeños telescopios terrestres y con Corot, un pequeño telescopio espacial. Por todo ello, si comparamos Kepler con los instrumentos que ya estaban en funcionamiento, no tiene ninguna innovación relevante en la metodología de búsqueda.
Lo más relevante de Kepler es la muy alta precisión y la larga duración con la cual va a observar su campo estelar. A día de hoy, la misión más larga era Corot, con 150 días de observación de un mismo campo estelar en el que se intenta encontrar planetas. Kepler observará el mismo campo durante 3 años aproximadamente.
¿Qué supone para la Astrofísica el lanzamiento de misiones como ésta?
Las misiones espaciales tardan muchísimo en prepararse. Al menos 10 o 15 años. Conllevan, además, el trabajo de muchos grupos de investigación. Por lo tanto, su lanzamiento supone un gran logro pero a la vez es sólo un comienzo. Son proyectos muy bien pensados de los que, sobre todo, se esperan grandes avances para el conocimiento.
Dentro de tres años y medio, la respuesta final de Kepler será un número. Esta cifra, ¿será la pesquisa más acertada hasta ahora sobre si estamos solos en el Universo?
Se espera que se pueda decir qué cantidad de planetas se asemejan a la Tierra y, por tanto, cuántos podrían albergar vida. La gran incertidumbre que tenemos es si los planetas descubiertos serán sólo candidatos o detecciones reales con alguna posibilidad de que exista vida en ellos. Rasgos de vida que se deberán buscar después con otros métodos e instrumentos diferentes. En cualquier caso, es muy importante y útil poder saber y cuantificar cuántos planetas parecidos a la Tierra están orbitando alrededor de sus estrellas y, por lo tanto, cuántos casos posibles de vida, semejante o distinta a la nuestra, podrían haber repartidos en otros sistemas planetarios.
A lo largo de la historia ha habido muchos filósofos y científicos que dijeron que existía vida más allá de la Tierra. ¿Se ha convertido este pensamiento en parte de la filosofía occidental?
Sí. Algunos filósofos griegos ya pensaban en la existencia de otros mundos. Hace no tanto, unos 200 años existió mucha especulación sobre la existencia de vida en Marte o en la Luna. Es una cuestión muy importante desde el punto de vista científico, pero también desde el filosófico. Me parece muy bonito que éste sea un tema que tenga tanto impacto e interés en la ciudadanía y en nuestra forma de entender el mundo. Esperamos, por tanto, que Kepler nos aclare dudas y nos dé alguna pista sobre si estamos solos o si tenemos algún que otro vecino.
De las decenas de miles de especies animales que existen en la Tierra sólo los humanos somos capaces de preguntarnos si hay vida fuera de nuestro planeta. De existir esa vida, ¿por qué solemos pensar en vida inteligente?
Yo creo que no sería nada extraordinario encontrar alguna forma de vida en otros planetas. Por el contrario, quizás me llamaría más la atención encontrar vida inteligente. No me parece imposible el que puedan existir seres inteligentes fuera de nuestro sistema solar, aunque, por el momento, es algo absolutamente desconocido. Personalmente, pienso que la historia nos ha demostrado en otras ocasiones que muchas creencias, como la de que la Tierra era el único cuerpo que existía, eran erróneas. Por lo tanto, el hecho de creer que no estamos solos tal vez no sea una idea descabellada.
¿Qué pasaría si nunca se llega a demostrar la existencia de otras vidas fuera de la Tierra?
Yo creo que esta afirmación es muy difícil de comprobar. Si no es en nuestra galaxia, podría ser en cualquier otra. Es difícil afirmar que existe vida, pero también lo es el poder negarlo.