Este lunes ha despegado Solar Orbiter para estudiar como nunca antes el Sol. En este proyecto liderado por Europa participan investigadoras de la NASA, como Teresa Nieves Chinchilla, que nos descubre los objetivos y retos de la misión.
En la misión Solar Orbiter de la Agencia Espacial Europea, que ha despegado esta madrugada desde Cabo Cañaveral (EE UU), participa activamente la NASA. Desde el Laboratorio de Física Heliosférica del centro Goddard de la agencia espacial estadounidense, la investigadora Teresa Nieves Chinchilla nos resume la esencia de este proyecto.
¿Cuál es la principal aportación de esta misión?
Es una misión de exploración. Gracias a ella podremos observar zonas del Sol que nunca han sido observadas: los polos magnéticos solares. Algo único de Solar Orbiter es su conjunto de diez instrumentos con detectores y telescopios, que nos darán diferente información de nuestra estrella y su atmósfera, en la que vivimos. Entender cómo el sol crea y controla su cambiante atmósfera es crítico para la protección de nuestra sociedad, cada día más tecnológicamente dependiente, y para garantizar el inminente éxito de las expediciones de nuestros astronautas al sistema solar, como la Luna y Marte.
¿En qué se diferencia de Solar Parker Probe (PSP)?
Respecto a la instrumentación, PSP lleva cuatro instrumentos en comparación de los diez de Solar Orbiter. Esto nos permitirá observar estructuras de pequeñas escalas en la superficie solar, la corona (zona de la atmosfera del sol mas cercana al Sol), estructuras evolucionando en la heliosfera y medir in situ el entorno del satélite.
En cuanto a las órbitas, PSP llegará por debajo de 10 radios solares de distancia al Sol en el plano de la eclíptica (plano donde orbitan los planetas del sistema solar) y Solar Orbiter llegará a una distancia de 60 radios solares, pero su órbita se inclinara progresivamente hasta alcanzar mas de 30 grados, lo que permitirá ver los polos.
¿Se van a complementar las dos misiones?
Sí, ambas son complementarias. Los equipos de cada misión han trabajado juntos durante la fase de desarrollo para asegurar la complementariedad de ambas. En su fase de explotación de datos, los equipos seguirán trabajando juntos para asegurar la consecución de los objetivos. Existen otras misiones, satélites y telescopios con las que Solar Orbiter trabajará, todas suman en nuestro objetivo de entender cómo nuestra estrella genera su campo magnético y da lugar a la variabilidad de su atmósfera.
¿Qué incógnitas o retos quedan por delante?
¿Incógnitas? ¡Muchas! Sabemos poco de nuestra estrella, hay muchas preguntas que necesitan ser contestadas. Por ejemplo: ¿cómo se genera el campo magnético en el sol?, ¿cómo se crea el viento solar y por qué hay diferentes tipos?, ¿por qué las grandes explosiones solares ocurren?, ¿cómo y cuándo impactarán en nuestro planeta?, ¿cómo y por qué se generan las partículas energéticas en el Sol?, ¿cómo se aceleran, transportan e invaden toda la heliosfera (atmósfera de nuestra estrella)?, ¿por qué sus ciclos solares de 11 años?...
Todas estas preguntas nos ayudaran a entender no solo nuestra estrella, también el resto de las estrellas de nuestra galaxia y, sobre todo, nos ayudarán a proteger a nuestra tecnología y astronautas en el espacio.
¿En qué fase del ciclo solar de once años estamos ahora?
Acabamos de pasar un largo y profundo mínimo que nos llevo al ciclo solar 25. El Sol ahora está empezando a incrementar su actividad. Hay muchas preguntas sobre los ciclos solares, no entendemos el comportamiento global. Por ejemplo, ese mínimo del que hablaba duró más y fue más mínimo de lo que ningún modelo actual fue capaz de predecir. Hay piezas que nos faltan para realmente entender nuestra estrella. Solar Orbiter estará en misión durante 10 años, lo que significa que seremos capaces de observar con todos nuestros instrumentos las diferentes fases del ciclo solar.