Imagina un planeta supercaliente donde su cara diurna supera los 2.400 °C, una temperatura suficiente como para vaporizar el hierro. Este puede ser llevado por el viento hasta el lado oscuro, donde nunca llega la luz de su estrella, una zona más fría donde condensan y precipitan las gotas del metal. Este mundo tan extraño existe: se llama WASP-76b y se localiza a unos 390 años luz de distancia, en la constelación de Piscis.
La luna llena de este 9 de marzo coincidirá con su actual perigeo, el punto de su órbita más cercano a la Tierra. Esto hará que la veamos un 12 % más grande y con un brillo 29,2% superior respecto a cuándo está más alejada. El fenómeno se podrá disfrutar a simple vista, pero también gracias a retransmisiones por internet, como la que ofrecerán astrónomos del Instituto de Astrofísica de Canarias desde el Observatorio del Teide.
El pasado mes de febrero se descubrió un objeto del tamaño de un coche orbitando, temporalmente y de forma caótica, alrededor de nuestro planeta. Su nombre es 2020 CD₃ y lleva tres o cuatro años con nosotros, pero a finales de abril seguirá su camino en solitario por el sistema solar.
El agujero negro J1820, que forma un sistema binario con una estrella de tipo solar, ha expulsado un chorro de partículas a enormes distancias y velocidad. Una campaña de observación durante medio año ha permitido seguir la evolución de este material, que muestra cómo el agujero negro es capaz de realimentar el medio interestelar.
El rover chino Yutu-2, que desde hace un año recorre la cara oculta de la Luna, ha penetrado con su radar hasta los 40 metros de profundidad para desvelar lo que se esconde bajo la superficie: materiales granulares y muy porosos con rocas de diferentes tamaños, fruto de los impactos que ha sufrido nuestro satélite.
Astrónomos de Australia y EE UU han detectado el mayor estallido cósmico jamás registrado, cinco veces más potente que el anterior récord. La colosal explosión procede de un agujero negro supermasivo en el cúmulo de galaxias de Ofiuco, localizado a 390 millones de años luz, y ha generado una cavidad del tamaño de 15 Vías Lácteas.
Investigadores del Instituto de Astrofísica de Andalucía del CSIC han mostrado por primera vez los rasgos de las partículas que forman el núcleo de un cometa: motas de polvo porosas y de pocos milímetros. Para realizar el estudio se han comparado análogos de polvo cósmico con datos reales captados en el cometa 67P por la sonda Rosetta.
Las medidas que ha tomado el aterrizador InSight de la NASA en el subsuelo de Marte durante sus primeros diez meses de operación han registrado 174 eventos sísmicos, algunos casi de magnitud 4. El epicentro de los más intensos parece estar en una región con fallas y flujos volcánicos situada a 1.600 km de la nave.
Los telescopios ALMA en Chile y VLA en Estados Unidos han apuntado hacia las nubes de Orión, un vivero estelar donde se ha observado cómo las estrellas recién nacidas evolucionan y desarrollan discos protoplanetarios. Investigadores del Instituto de Astrofísica de Andalucía han participado en este trabajo, el mayor muestreo de este tipo realizado hasta la fecha.
En los últimos meses los astrónomos profesionales y aficionados están observando una disminución en el brillo de Betelgeuse, una de las estrellas de la constelación de Orión. Desde Chile, con el Very Large Telescope, también se han captado cambios en la forma aparente de esta supergigante roja, que acabará explotando como supernova en un futuro no muy lejano.