Resulta descorazonador que aún no tengamos claro que el riesgo de contagio se da en interiores cerrados, a lo que sin duda ha contribuido el uso partidista de las políticas frente a la pandemia y la polarización. Lo grave son las fiestas en casas con las ventanas cerradas, los interiores de bares y locales de ocio.
Científicos de España, EE UU y otros 12 países hacen un llamamiento en la revista Science para que comience una nueva era en la prevención de la transmisión aérea de infecciones respiratorias, como la covid-19, al igual que en los siglos XIX y XX se reguló eliminar los patógenos del agua y los alimentos. Los autores abogan por establecer medidas para la ventilación en interiores, como el flujo de aire, tasas de filtración y monitoreo.
La Organización Mundial de la Salud ha actualizado sus recomendaciones sobre las mascarillas para protegerse frente a la pandemia, recomendando su utilización en lugares cerrados mal ventilados, desaconsejando las que llevan válvula y explicando las tres capas que deben llevar las de tela. No las deben usar los menores de 5 años ni las personas que desarrollen un ejercicio vigoroso, eso sí, manteniendo la distancia de seguridad y el resto de medidas de protección.
Actividades en exteriores siempre que se pueda, ventilar abriendo las ventanas aunque los alumnos tengan que abrigarse, usar medidores de CO2 para confirmar que el aire se renueva y filtros HEPA solo en casos necesarios. Estos son los consejos para minimizar la expansión de la covid-19 en los centros educativos, también válidos para ámbitos profesionales en los que sea imposible teletrabajar.
En la segunda ola de contagios ya conocemos evidencias que permiten tomar medidas adaptadas a cada contexto. Así, no tiene sentido cerrar parques ni centros culturales seguros. La mayoría de los brotes surgen en espacios cerrados donde hablamos o gritamos, como restaurantes, discotecas, lugares de culto o de trabajo. En ellos urge una buena ventilación, uso de mascarillas y distancia interpersonal más amplia.
Investigadores de la Universidad de Córdoba han comprobado que un nuevo sistema de ventilación por desplazamiento del aire puede reducir el riesgo de exposición a los patógenos que se transmiten por vía aérea en los hospitales. El mecanismo impulsa el aire a bajas velocidades en la zona del paciente.
Investigadores españoles han analizado distintos sistemas de ventilación en habitaciones de hospital. El estudio señala cómo es posible reducir las infecciones hospitalarias seleccionando adecuadamente dicho sistema, así como las renovaciones del aire del local cuando se diseñan las instalaciones.
Un equipo de investigadores españoles ha descrito cómo la ventilación no invasiva es el método más eficaz para mejorar los síntomas clínicos de los afectados por el síndrome de Pickwick, la insuficiencia respiratoria unida a las apneas del sueño en pacientes con obesidad.
Investigadores de la Universitat Jaume I de Castellón han desarrollado un sistema modular de ventilación para cubiertas inclinadas que resuelve el problema de la acumulación de calor por la radiación solar bajo los tejados sin necesidad de recurrir a instalaciones de refrigeración. El sistema, patentado por la universidad, supone una solución pasiva y energéticamente eficiente para el acondicionamiento térmico de edificios. El módulo puede aplicarse en restauración y rehabilitación de cubiertas, especialmente de aquellas de valor histórico, y en edificios de nueva planta.
Una investigación de la Universidad de Valencia y el Hospital Clínico Universitario avanza en la reducción de lesiones pulmonares causadas por la respiración mecánica durante operaciones que requieren anestesia general. Las conclusiones se publican en Critical Care.