Los índices que usan los científicos para valorar las perturbaciones geomágneticas del Sol sobre la Tierra no detectan algunos de estos eventos, que pueden poner en riesgo las redes eléctricas y de comunicaciones. Así lo reflejan las observaciones del Observatorio Magnético de Tihany (Hungría), donde se registró una tormenta solar similar a la más grande conocida sin que otros observatorios se dieran cuenta.