Cáscaras de la fruta de la granada, caparrosa, agua y goma arábiga. Estos son algunos de los ingredientes que componían las tintas usadas en el Medievo, según un estudio de químicos e historiadores de las universidades de Córdoba y Lisboa. El objetivo del trabajo es mejorar la conservación del patrimonio escrito.
Ingenieros de la Escuela Politécnica Federal de Zúrich han fabricado una tinta con hidrogel que incorpora bacterias vivas. Con ella se pueden imprimir estructuras en 3D que aprovechan la capacidad de los microorganismos para degradar contaminantes, como el fenol, o para producir celulosa de interés médico.