La desaparición de uno de los mayores carnívoros que han existido sobre la faz de la Tierra se puede atribuir en parte a la competencia con otro más pequeño, el gran tiburón blanco, que comía las mismas presas. Así lo revela una investigación basada en los isótopos de zinc detectados en los dientes de los escualos.
Investigadores de la Universidad de Florida (Estados Unidos) confirman en el último número de Journal of Vertebrate Paleontology que los tiburones blancos actuales (Carcharodon carcharias) evolucionaron del tiburón mako de dientes anchos (Isurus hastalis) ya extinto y no del Carcharodon megalodon, el pez carnívoro más grande que se ha conocido, como los paleontólogos creían. Los resultados se basan en el fósil de una especie primitiva de tiburón blanco de entre 4 y 5 millones de antigüedad.