Un estudio internacional, con participación española, ha demostrado que la ola de calor que afectó a Europa en el verano de 2010 fue más cálida e intensa que la de 2003. La investigación señala que grandes olas de calor como la de 2010 podrían volver a ocurrir a partir de 2050 e incrementar su frecuencia hacia finales de siglo como consecuencia del calentamiento global.
Pinsapos, abetos comunes, encinas, robles albar y alcornoques son las especies que más sufrirán los efectos del aumento de temperaturas. A esto se añade la situación de los vertebrados, que verán su territorio aún más reducido a finales de siglo. Los datos se desprenden de un estudio sobre los efectos del cambio climático en la biodiversidad española presentado hoy en Madrid.
Nuevos cambios en la temperatura global podrían provocar la reorganización de la vegetación de esta zona de la selva amazónica.
El cambio climático de hace 300.000 millones de años influyó en los bosques del este de los Andes, en la selva amazónica. Según un estudio internacional que se publica hoy en Science, la temperatura sería el principal modulador de esta vegetación.
Durante la hibernación, la temperatura corporal de los osos negros sólo desciende 5 ó 6ºC. Foto: Øivind Tøien/Institute of Arctic Biology/University of Alaska Fairbanks.
El sistema de drenaje interno de la capa de hielo que cubre Groenlandia evita que se acelere el flujo hacia los océanos durante los veranos calurosos. Así lo revela una investigación europea publicada hoy en Nature. Sin embargo, los científicos niegan que la región helada esté “a salvo” del cambio climático.
La temperatura del agua situada en el Atlántico subtropical experimentó un descenso de 0,15ºC entre 1998 y 2006. Así lo revela un estudio liderado por el Instituto Español de Oceanografía (IEO) que sugiere que la circulación causada por el viento podría ser responsable de este “inusual” comportamiento.
Ejemplar de la especie de mariposa Bicyclus anynana.
Un equipo internacional de científicos ha analizado por primera vez los patrones de biodiversidad global de más de 11.000 especies, desde el zooplancton hasta los tiburones y ballenas, y ha elaborado un mapa de la diversidad marina. El nuevo estudio, que publica on lineNature, sugiere que la temperatura del océano está ligada a la distribución de la biodiversidad marina en los trece grupos de animales estudiados, y que el cambio climático podría afectar a esta distribución.
Investigadores canadienses revelan por primera vez que el fitoplancton ha disminuido en todo el mundo desde hace 100 años. El aumento de la temperatura oceánica está ligado al descenso de 1% de media global al año de estas algas microscópicas marinas. El estudio, que se publica en Nature, demuestra que en el Hemisferio norte el descenso ha sido del 40% desde 1950 y podría afectar a la cadena trófica marina.