Un estudio español revela una respuesta diferente a la infección en subpoblaciones minoritarias con ciertas mutaciones genéticas y capacidad inmunitaria más limitada. Estas podrían tener más riesgo ante una primera infección por coronavirus si no cuentan con la protección generada por las vacunas.
Un equipo de investigadores ha confirmado que los osos pardos (Ursus arctos) de la cordillera cantábrica, divididos en las subpoblaciones oriental y occidental, presentan un bajo nivel de variación genética, un dato que unido al bajo tamaño poblacional sitúa a los osos en una situación crítica. Gracias a un análisis genético no invasivo, han demostrado el aislamiento absoluto entre las dos subpoblaciones en peligro de extinción, que limita su recuperación.