La erupción volcánica submarina que tuvo lugar en El Hierro en octubre de 2011 está aportando novedades relevantes para la ciencia. El análisis de las muestras tomadas en su día abre el camino hacia la predicción de fenómenos similares. Un equipo de científicos explica cómo algunos gases nobles procedentes del magma del manto terrestre quedaron atrapados en el esqueleto de los corales negros meses antes de la erupción. Detectarlos a tiempo puede servir de aviso ante futuros eventos volcánicos.