El joven investigador ovetense y doctor en Biología Ángel Manteca Fernández ha logrado nada menos que 1,3 millones de euros del Consejo Europeo de Investigación para formar un equipo investigador propio y continuar investigando durante los próximos cinco años en la Universidad de Oviedo. La materia de estudio merecedora de tales atenciones son las bacterias del grupo Streptomyces, que pese a utilizarse ya ampliamente en biomedicina, se revelan como un campo renovado a raíz del trabajo del joven microbiólogo, que ha contribuido a conocer mejor cómo y cuándo estas bacterias producen los principios activos que las hacen tan interesantes. Con ello se abre la puerta a localizar nuevos compuestos en cepas bacterianas que habían sido descartadas por improductivas.
Ángel Manteca, en el laboratorio. Foto: Universidad de Oviedo.
Científicos del Instituto de Biología Funcional y Genómica (IBFG), centro del CSIC y la Universidad de Salamanca, han publicado un artículo en la revista científica PLoS ONE que contribuye a aumentar el conocimiento sobre las bacterias del género Streptomyces, los microorganismos que producen la mayor parte de los antibióticos. En concreto, trabajan con Streptomyces coelicolor aprovechando que su genoma está secuenciado para identificar nuevos genes implicados.
La bacteria modelo Streptomyces coelicolor posee al menos dos genes que están involucrados en la regulación de las fuentes de fosfato y carbono, dos elementos esenciales para la vida. Un trabajo del Instituto de Biomedicina de León muestra los mecanismos moleculares que está involucrados en el proceso. Hasta el momento, ningún equipo investigador había descrito en bacterias productoras de fármacos este proceso. El fosfato interesa a la industria farmacéutica, ya que es indispensable para elaborar antibióticos.
Científicos del Instituto de Biotecnología de León (Inbiotec) realizan un estudio de los mecanismos de producción de sustancias antifúngicas en dos bacterias del género Streptomyces (un tipo de bacterias filamentosas que habitan en el suelo). Concretamente se trata de Streptomyces natalensis (la mayor productora de pimaricina, conservante muy utilizado en industria alimentaria y con aplicaciones médicas) y Streptomyces avermitilis, cuyo genoma está secuenciado.
Un grupo de investigación de la Universidad de León ha clonado, a partir de Streptomyces clavuligerus, los genes que dan lugar a la producción de ácido clavulánico y está realizando un estudio sobre sus posibles efectos. El ácido clavulánico es un compuesto que se utiliza junto a un antibiótico como ampicilina y permite la acción de éste último.