La mala alimentación y el sedentarismo han aumentado alarmantemente los casos de niños con síndrome metabólico, una enfermedad propia de los adultos que lleva asociadas numerosas patologías cardiovasculares. Según las estimaciones de un investigador de la Universidad de Granada (UGR), en el año 2020 se habrá cuadriplicado la incidencia de diabetes tipo II en la población infantil.