La robótica industrial ha sufrido un gran desarrollo tecnológico desde que en 1961 la firma General Motors utilizara el primer robot para trabajos de soldadura. Desde entonces, ha cambiado desde su estructura física hasta la integración de sensores, su capacidad de diálogo con las máquinas que le rodean o su capacidad de carga, con robots que pueden llegar a manipular hasta 500 kilos. El principal reto al que se enfrenta ahora la robótica industrial pasa por el desarrollo e integración de sensores capaces de procesar mayor cantidad de información, sobre todo de dos tipos: visión artificial y sensores de fuerza.