En algunas de las vastas regiones del Ártico, muchas veces no hay diferencia entre el día y la noche, porque durante ciertas épocas del año, el sol no se pone, o no sale, lo que puede provocar cambios en los animales. Científicos británicos y noruegos han estudiado el caso del reno del Ártico, que ha encontrado una solución para vivir bajo estas condiciones extremas: ha abandonado el uso del reloj interno que dirige los ritmos biológicos cotidianos.
Reno del Ártico (Rangifer tarandus) en Parque Nacional Denali en Alaska (EE UU).