Bajo el suelo de Río Tinto, en Huelva, un reactor de microorganismos parece estar detrás de la elevada acidez y las altas concentraciones de hierro que caracterizan a este río único en el mundo. Científicos del Centro de Astrobiología acaban de comenzar una campaña de perforación para saber quiénes son y cómo trabajan estas misteriosas bacterias subterráneas. Quizá guarden algún secreto del subsuelo de Marte.
Científicos de la Universidad Autónoma de Madrid y el Centro de Astrobiología iniciaron una fase de perforaciones en Río Tinto, al sur de España, en búsqueda de vida microbiana que pudiera desarrollarse en el subsuelo de Marte.
La semana pasada se ha realizado en las orillas de río Tinto (Huelva) una campaña de ensayos para probar los prototipos del roverEurobot de la Agencia Espacial Europea (ESA) y del traje espacial Aouda.X para llevar a Marte, junto con un sistema de monitorización médica parecido al que algún día se empleará en la exploración humana del planeta rojo.
Investigadores de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) estudian la utilidad de la vegetación autóctona y sus dinámicas naturales para la recuperación de territorios con un elevado contenido de metales pesados. Utilizan la cuenca del Río Tinto como ejemplo fundamental para su estudio.
Una bacteria de la especie Acidithiobacillus ferrooxidans aislada de la cuenca del Río Tinto y otro microorganismo llamado Deinococcus radiodurans –resistente a la radiación utilizada como control-, han sobrevivido a una simulación de las condiciones medioambientales que encontrarían en Marte, según se desprende de un artículo que publicará este mes de octubre la revista Icarus bajo el título Protection of chemolithoautotrophic bacteria exposed to simulated Mars environmental conditions.
Situada a cinco kilómetros de la frontera española, la mina portuguesa de São Domingos, abandonada desde 1966, sigue contaminando los cursos fluviales que desembocan en la presa del Chanza, la mayor reserva de agua potable de la provincia de Huelva, según científicos de la Universidad de Huelva. El nuevo estudio demuestra que la oxidación y la disolución de sulfuros siguen siendo procesos activos en la actualidad, a lo que los investigadores piden la puesta en marcha de planes de remediación.
Desde hace varios años, científicos de todo el mundo utilizan la zona de Río Tinto, en Huelva, como campo de pruebas de varios de los instrumentos que viajarán a Marte por las similitudes que este enclave guarda con el planeta rojo. Conocer más su ecosistema, caracterizado por la presencia de aguas ácidas y de color rojo por efecto de la actividad minera y ciertas bacterias es el objetivo de la tesis que hoy ha defendido Pablo Sobrón, investigador vallisoletano y miembro de la Unidad Asociada Universidad de Valladolid-CSIC a través del Centro de Astrobiología.