Existen regiones que presentan una gran riqueza de especies vegetales, conocidos como puntos calientes de biodiversidad, pero también están los llamados puntos fríos que se caracterizan por poseer menor abundancia. Un nuevo estudio demuestra que los puntos calientes pierden, como consecuencia de la actividad humana, un mayor número de especies y más rápido en comparación con los fríos.
Una investigación de biólogos españoles e italianos concluye que el 95% de las zonas de alta concentración de vertebrados dentro de la Península Ibérica no se encuentran dentro de áreas protegidas. Además propone cambiar el método actual para delimitar estas zonas ya que solo tiene en cuenta unas pocas especies, dejando fuera grandes grupos de animales.
La mayoría de los volcanes activos conocidos se ubican en las fronteras entre dos placas tectónicas, donde se facilita el aumento de magma desde el manto. Científicos del Institut de Recherche pour le Développement (IRD) y de la Universidad de Chile han estudiado los movimientos de la placa para averiguar si influye en la formación de puntos calientes, lo que significaría que éstos no son tan estáticos como se creía.