Considerada un manual de concienciación ecológica, la saga de Frank Herbert, que acaba de ser adaptada de nuevo al cine, propone soluciones ante la escasez de nuestro recurso más valioso y desperdiciado: el agua potable. Hoy los investigadores se afanan en desarrollar tecnologías que ya no son de ciencia ficción para recolectar, reciclar y purificar este valioso elemento.
Un nuevo sistema potabilizador, basado en las zeolitas, permite extraer el fluoruro del agua, un contaminante de origen geológico que ocasiona una enfermedad ósea padecida por millones de personas en Etiopía. La patente del CSIC ha sido transferida a la empresa canaria Tagua.