Los omocromos, unos pigmentos que tiñen de color la piel de los calamares y otros invertebrados, se podrían usar en el sector alimentario y de la salud por sus propiedades antioxidantes y antimicrobianas. Así lo confirman los análisis realizados por investigadores de las universidades de Sonora en México y Miguel Hernández en España.
Esquema con las etapas del estudio. El principal omocromo identificado en la piel de calamar es la xantomatina / Chan-Higuera et al.
Para realizar el estudio los investigadores han utilizado el calamar gigante (Dosidicus gigas), una especie que se captura en la costa pacífica de América y de la que se aprovecha principalmente el manto y los tentáculos. / Josafat Marina Ezquerra-Brauer
Investigadores de la Universidad de Alicante han desarrollado y patentado una metodología que permite obtener nanopigmentos naturales capaces de mejorar las propiedades ópticas, térmicas y mecánicas de multitud de materiales. Estos compuestos, inocuos para la salud, ofrecen una amplia gama de colores para cosméticos, calzado, materiales de construcción, muebles y juguetes.
Investigadores de la Universidad de Córdoba han descubierto que varias estatuas de la ciudad romana de Torreparedones, como las de los emperadores Augusto y Claudio, estuvieron pintadas con pigmentos amarillos, azules y rojos. Para detectar los colores se ha utilizado una técnica láser denominada microespectroscopía Raman.
La Universidad de Sevillaha logrado obtener 500 veces más cantidad de un colorante natural acumulado por un hongo que cuando este lo produce en la naturaleza. Esta producción de neurosporaxantina, un compuesto químico anaranjado con propiedades antioxidantes, abre la puerta a su futura explotación industrial.
Figuras humanas en Abrigo Remacha / Luz Cardito Rollán.
Técnicas químicas al servicio del arte. Investigadores de la UNED han analizado pinturas del Paleolítico en las cuevas de Tito Bustillo y El Buxu (Asturias) para averiguar su composición. El estudio revela que su principal componente es el mineral hematites y que el grano de los pigmentos es tan fino como el que se usa en nuestros días.
Investigadores de la Universidad de Harvard (EE UU) han descubierto que ligeros cambios en la expresión del gen Agouti en embriones determinan el patrón del color del pelo en los adultos. El estudio, que publica hoy la revista Science, se ha centrado en una especie de ratón, pero puede ayudar a comprender como se forman y evolucionan los patrones de coloración en el resto de animales.