Las altas concentraciones de ungulados en las fincas de caza mayor podrían suponer una amenaza para las poblaciones de perdiz roja, según alerta un nuevo estudio realizado en Córdoba. La intensificación agrícola en sus zonas de cría, el deterioro del hábitat y la exposición a biocidas, son algunos de los factores que más afectan a esta especie, que en los últimos tiempos ha perdido el 33% de su población.
La suelta de perdices criadas en granjas para aumentar el rendimiento cinegético de perdiz roja (Alectoris rufa) no favorece a sus poblaciones, sino que consigue justamente el efecto contrario, según demuestra una investigación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas y la Universidad de Castilla-La Mancha.
Según la organización ecologista SEO/BirdLife, la población de codornices ha disminuido un 27% durante la última década y las de perdiz se han reducido un 25% desde 1999. La ONG propone, entre otros, reducir la presión cinegética sobre estas aves para que, sobre todo, la perdiz no se convierta en especie amenazada en los próximos años.
Un grupo de investigadores del Centro de Investigación en Salud Animal (CReSA) estudiaron la susceptibilidad de la perdiz roja a dos cepas del virus de la gripe aviar y demostraron que esta especie puede contribuir a la propagación de un potencial brote local del virus.