Con un radiotelescopio de Sudáfrica se ha identificado un sistema binario formado por una estrella pulsante y un misterioso objeto compacto, con unas 2,35 masas solares, lo que lo sitúa en la llamada ‘brecha de masas’ entre las estrellas de neutrones y los agujeros negros. Si fuera esto último, se tendría la codiciada pareja púlsar de radio-agujero negro, que permitiría nuevos test de la relatividad general de Einstein.
Tras utilizar los púlsares de nuestra galaxia como relojes cósmicos, la colaboración internacional NANOGrav ha 'escuchado' el coro de las más potentes ondas gravitacionales conocidas, que distorsionan el espacio-tiempo al atravesar todo lo que existe. El sonido procede de las interacciones de colosales agujeros negros supermasivos.
Al igual que una araña hembra devora al macho tras el apareamiento, los vientos de un nuevo pulsar están vaporizando a una estrella compañera, mientras se orbitan mutuamente cada 62 minutos. Además, una tercera estrella gira alrededor de este extraño sistema, que se puede haber originado cerca del centro de nuestra galaxia. Investigadores del MIT y el Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) han participado en el descubrimiento.
Astrónomos australianos han localizado en nuestro vecindario galáctico lo que podría ser el primer magnetar de periodo ultralargo, un tipo de pulsar que expulsa gigantescas ráfagas de energía a un ritmo de tres veces por hora. También existe la posibilidad de que sea una enana blanca con un campo magnético ultrapotente, en cualquier caso un tipo de objeto nunca visto.
La rápida rotación de una lejana enana blanca arrastra el espacio-tiempo de su entorno, modificando la órbita de un púlsar que gira a su alrededor. Este descubrimiento, realizado con datos recogidos durante 20 años por dos radiotelescopios de Australia, ha servido a los científicos para verificar un efecto predicho por la teoría de la relatividad de Einstein.
Junto al anuncio de los diez científicos más relevantes de 2018, la revista Nature ha destacado otros cinco que podrían serlo en 2019. Los protagonistas son un virólogo congoleño empeñado en acabar con el ébola, una abogada que denuncia la falta de implicación de EE UU contra el cambio climático, una ingeniera india involucrada en el envío de un nuevo rover a la Luna, una astrofísica estadounidense que trata de cazar ondas gravitacionales con púlsares y una bióloga argentina que analiza la biodiversidad a escala global.
Gracias a ciudadanos que han cedido la potencia de sus ordenadores personales para realizar cálculos astronómicos, se han descubierto dos nuevas estrellas de neutrones que no eran visibles hasta ahora.
La NASA ha colocado en la Estación Espacial Internacional el primer explorador de estrellas de neutrones, unos remanentes estelares superdensos con potentes campos magnéticos. La misión, denominada NICER, también pondrá a prueba por primera vez la navegación por rayos X en el espacio.
Astrofísicos españoles e italianos han encontrado un púlsar que, como si fuera un faro, emite rayos X cada 6,4 horas, lo que le convierte en el de rotación más lenta detectado hasta ahora. Los púlsares son estrellas de neutrones que emiten radiación periódica y este es del tipo magnetar, por el potente campo magnético que hay a su alrededor, dentro de una supernova situada a 9.000 años luz de la Tierra.
Imagen de Antony Hewish, líder del equipo que descubrió el púlsar. / www.nobelprize.org