Un equipo de investigadores ha confirmado que los osos pardos (Ursus arctos) de la cordillera cantábrica, divididos en las subpoblaciones oriental y occidental, presentan un bajo nivel de variación genética, un dato que unido al bajo tamaño poblacional sitúa a los osos en una situación crítica. Gracias a un análisis genético no invasivo, han demostrado el aislamiento absoluto entre las dos subpoblaciones en peligro de extinción, que limita su recuperación.