Investigadores de la Universidad de Almería han comprobado que la combinación de dos ácidos grasos omega 3 procedentes de peces es la responsable de sus beneficios cardiovasculares y neuronales. Han comparado en ratas el efecto individual de cada uno de ellos, obtenidos por separado a partir de microalgas, con la combinación presente de forma natural en el aceite de pescado. Los resultados confirman que su capacidad preventiva ante ciertas enfermedades se debe a la acción conjunta de ambos.
La firma Bionure está desarrollando un nuevo fármaco para tratar la esclerosis múltiple con efectos neuroprotectores y, por lo tanto, con potencial para frenar la progresión de esta enfermedad. Tras lograr financiación por 2,2 millones de euros, esta ‘spin off’ del Instituto de Investigaciones Biomédicas August Pi i Sunyer y del CSIC podrá comenzar los ensayos clínicos de la molécula G79 a comienzos de 2013, un año antes de lo previsto.
En España, más de 45.000 personas sufren esclerosis múltiple, la enfermedad neurológica más común en los jóvenes adultos. Aunque en la actualidad existe un “arsenal terapéutico muy potente” para tratar esta enfermedad inflamatoria, todavía se desconoce cómo paralizar su proceso neurodegenerativo, según remarca Xavier Montalban, director del Centro de Esclerosis Múltiple de Cataluña (CEM-CAT).
Las investigaciones del Laboratorio de Terapias Avanzadas en Inmunorregulación y Neuroprotección han aportado nuevas aproximaciones experimentales que evidencian la importancia del sistema inmunológico como desencadenante o cronificador en el desarrollo de enfermedades neurodegenerativas. Para ello se centran en el estudio de los mecanismos que lo alteran, muchos de ellos comunes en enfermedades como la esclerosis múltiple, la esclerosis lateral amiotrófica, el alzhéimer o el párkinson.
Un grupo internacional de investigadores ha conseguido que las zonas activas del cerebro obtengan selectivamente de la sangre una proteína que controla el crecimiento, la supervivencia y la excitabilidad de las neuronas. El hallazgo, publicado en el último número de la revista Neuron, puede servir para desarrollar nuevas terapias de rehabilitación de áreas cerebrales dañadas.