Científicos europeos, entre los que se encuentran investigadores de la Universidad Complutense de Madrid, han diseñado un nanomedicamento que, administrado de forma oral, se acumula en el bazo, hígado y pulmón, y evita la toxicidad en los riñones. El nuevo compuesto, probado en ratones y perros, ha resultado útil en el tratamiento de infecciones fúngicas y leishmaniasis.