Un equipo internacional del Laboratorio Internacional en Cambio Global (LINCGlobal) ha analizado por primera vez la magnitud de los impactos causados por el aumento de la radiación ultravioleta B (UVB) y ha determinado el grado de sensibilidad relativa entre organismos y procesos marinos. Corales, crustáceos, larvas y huevos de peces son los más sensibles.