Un nuevo estudio halla una relación entre la exposición a partículas PM2,5 durante los primeros años de vida y un peor rendimiento de la memoria de trabajo y de la atención ejecutiva. Los resultados refuerzan trabajos anteriores y confirman la amenaza de la contaminación para el neurodesarrollo de niños y niñas.
La polución atmosférica a la que están expuestos los niños que van a pie a la escuela puede perjudicar su memoria de trabajo, según un estudio liderado por científicos españoles. La investigación destaca que estas exposiciones cortas a concentraciones muy elevadas de contaminantes como el carbono negro pueden producir impactos en la salud desproporcionadamente altos, especialmente en niños, debido a su menor capacidad pulmonar y a su mayor frecuencia respiratoria.
Un equipo de investigadores de Cataluña ha demostrado que el tráfico es la única fuente de partículas finas que se asocia con una reducción en el desarrollo cognitivo. Por ello, una reducción de la contaminación atmosférica procedente del tráfico en las escuelas primarias podría tener efectos beneficiosos sobre la cognición.
La Memoria de Trabajo, o memoria a corto plazo, está relacionada con la capacidad por superar tests de inteligencia y se almacena en la corteza parietal. Se desconoce, sin embargo, el rol de otras zonas de la corteza activadas durante ejercicios de memoria visual. Un equipo IDIBAPS ha programado un complejo sistema virtual que simula una red de neuronas, según el cual la corteza prefrontal refuerza la activación de la corteza parietal. Esto permite aumentar la capacidad de la Memoria de Trabajo cuando es necesario. Datos obtenidos por Resonancia Magnética Funcional confirman esta hipótesis.